Poner fin lanzamiento de nuevos productos, como los teléfonos inteligentes, en ciclos de tiempo cada vez más cortos debería ser uno de los principales objetivos de la conferencia sobre el cambio climático de Glasgow, según una encuesta realizada en el sector británico de las tecnologías de la información.
La reutilización y el reciclaje de los residuos electrónicos fueron las acciones elegidas como prioritarias para mejorar la relación de la tecnología con el medio ambiente, en una encuesta realizada por la British Computer Society (BCS) entre más de 1.100 expertos del sector de las tecnologías de la información (IT). La legislación sobre el «derecho a reparar» que poco a poco se está imponiendo en todo el mundo, aunque de forma irregular, puede ayudar a conseguir este objetivo. Pero sólo si se promueve y apoya adecuadamente por parte de los gobiernos, los consumidores y la industria profesional de la tecnología, afirma la BCS en un comunicado.
Así, la eliminación de los residuos de dispositivos electrónicos encabezó la encuesta en la que se preguntaba a los miembros del organismo profesional de la industria de la informática qué acciones relacionadas con la tecnología deberían poner en primer lugar los gobiernos y el sector.
Después de los residuos electrónicos (que encabezan la encuesta con un 30%), los expertos en informática se decantaron por los informes sobre la transparencia del carbono (19%), seguidos de hacer que los centros de datos sean realmente «verdes» (14%). La concesión de derechos de teletrabajo para reducir las emisiones de carbono le siguió con un 13%. La restricción de las criptomonedas que utilizan el «proof of work» o prueba de trabajo como método de verificación, como es el caso del Bitcoin, que tienen un gran impacto medioambiental, obtuvo un 12%.
La mayoría (61%) de los expertos en tecnología también dijeron que no creían que las tecnologías digitales y de la información estén siendo utilizadas eficazmente por la industria en la lucha contra el cambio climático.
Alex Bardell, presidente del Grupo de Especialistas en Tecnologías de la Información Ecológicas de la BCS, afirma que «en lugar de depender de nuevos dispositivos en cuanto tenemos una avería, la legislación sobre el «derecho a la reparación» debería empezar a facilitar que la gente prolongue la vida de sus dispositivos. Si el motor de arranque de tu coche fallara, irías al taller a por una pieza nueva, en lugar de tirar el coche a la basura».
«El reto es que el modelo de negocio de las empresas de electrónica consiste en lanzar productos, como los teléfonos inteligentes, con ciclos de tiempo cada vez más pequeños como forma de generar ingresos, y realmente no tiene por qué ser así. Hace falta combinar una voluntad política, social y comercial para poner el planeta por delante de un ciclo de actualización cada vez más ajustado», añade.
Para John Booth, vicepresidente del organismo «la cuestión de los residuos electrónicos es sólo uno de los muchos problemas que deben abordarse en el sector de las TIC, así como la eficiencia energética y la sostenibilidad de los centros de datos, y su respuesta a la emergencia climática ha sido limitada hasta ahora, aunque tengo la esperanza de que se produzcan avances más pronto que tarde».
Según el Foro de Residuos de Aparatos Electrónicos y Eléctricos (WEEE Forum), el índice de consumo de productos electrónicos aumenta un 3% anual, sobre todo en ámbitos como el de los teléfonos inteligentes, siendo uno de los principales responsables del aumento de los residuos electrónicos.