La principal organización del sector aboga por impulsar la economía circular con la implantación de una cuota de uso de materiales reciclados específica para cada producto.
Europa quiere ser climáticamente neutra y, para lograrlo, la economía circular debe abrirse camino en todos los procesos de producción. Por un lado, se trata de una auténtica prueba de resistencia para todos los implicados, pero por otro, los procesos circulares también ofrecen un enorme potencial para las medianas empresas de ingeniería mecánica y de instalaciones. La Ley de Economía Circular anunciada por la presidenta de la Comisión de la UE, Ursula von der Leyen, es una señal importante, pero la economía circular sólo puede tener éxito si se cumplen determinadas condiciones.
Para la VDMA, principal asociación europea de fabricantes de maquinaria y equipos, se necesita un mercado interior europeo de materias primas secundarias. Esto significa que debe ser posible comerciar y utilizar materiales secundarios a precios competitivos dentro de la UE. Esto también requiere criterios y normas de calidad para las materias primas secundarias y su reutilización.
«Debido a la volatilidad de los precios, el mercado se encuentra actualmente bajo una fuerte presión y los plásticos secundarios, en particular, son a menudo más caros y, por tanto, no resultan económicamente atractivos», afirma Sarah Brückner, directora del Departamento de Medio Ambiente y Sostenibilidad de la VDMA. «Tanto el vínculo entre cantidad y calidad como la estructura de precios simplemente no son correctos hoy en día, y aquí es donde la UE puede marcar un rumbo positivo con medidas concretas», afirma Brückner.
Un enfoque para reforzar el mercado de materias primas secundarias en Europa podría ser una cuota de uso de reciclados específica para cada producto. Esto significa que debería reutilizarse una cantidad mínima de materias primas secundarias para determinados productos. Ello permitiría reorganizar el mercado y equilibrar mejor el desequilibrio de precios entre los materiales reciclados y los vírgenes.
Sin embargo, es importante que esta regulación de cuotas y la vigilancia del mercado se apliquen en toda Europa y se pongan en práctica rápidamente. Otro requisito previo es que la aplicación se lleve a cabo con poca burocracia y sin repercusiones económicas negativas significativas, en particular para las pequeñas y medianas empresas y la competitividad.
Según los planes de von der Leyen, la Ley de Economía Circular se publicará en la próxima legislatura. Y la VDMA tiene las ideas claras al respecto: Hay que evitar un mosaicao de normativas nacionales sobre economía circular. «Actualmente, la situación en Europa es bastante caótica en lo que respecta a las normativas nacionales sobre residuos, la política de materiales y las medidas de política de productos circulares», afirma Brückner.
Las medidas nacionales, como el proyecto de estrategia nacional de economía circular (NKWS) publicado recientemente en Alemania, deben encajar en el marco europeo; solo así conducirán al éxito a largo plazo, subraya la experta de la VDMA.