La cooperativa farmacéutica ha lanzado una campaña para la correcta gestión de las mascarillas faciales al final de su vida útil, con el objetivo de reducir su impacto en el medio ambiente.
Las mascarillas se han convertido en una medida de protección decisiva ante la propagación de la COVID-19. En el caso de las desechables, son artículos con una vida útil muy reducida, lo que ha multiplicado la generación de residuos vinculados. Unos residuos que tienen un gran impacto en el medioambiente, ya que, por ejemplo, una mascarilla protege durante 4 horas, mientras que tarda entre 300 y 400 años en desaparecer.
Por ello, Fedefarma ha lanzado una campaña de concienciación sobre la correcta gestión de las mascarillas tras su uso, en la que piden que se corten las gomas antes de tirarlas, para evitar poner en riesgo a aves y peces. También recuerdan que las mascarillas desechables no se reciclan, y por tanto deben depositarse en el contenedor de la fracción resto.
Bajo el hastag #usalabiendesechalabien, Fedefarma ha facilitado a las farmacias socias, colaboradores internos y centros logísticos material online y offline para la aplicación omnicanal de la campaña.
Para conseguirlo, han creado elementos para que las farmacias dinamicen sus redes sociales con este mensaje. El material hace hincapié en aspectos como el tiempo que tardan en desaparecer las mascarillas desechables, cuántas consumimos al mes o cómo puede afectar a la fauna desecharlas de forma incorrecta.
La campaña incluye también una infografía para emitir el mensaje sobre la correcta gestión de las mascarillas desde el propio punto de venta. Esta describe los pasos correctos para desecharlas y recuerda que guantes y mascarillas se deben depositar en los contenedores de basura, mientras que los botes de plástico de gel sí son reciclables, y por tanto deben ir al contenedor amarillo.