La electrónica de usar y tirar se está convirtiendo a pasos agigantados en un enorme problema de gestión de residuos y pérdida de recursos valiosos, por lo que un grupo de investigadores británicos ha pedido ya su prohibición.
Científicos han pedido un esfuerzo mundial concertado para detener la ola de tecnologías electrónicas desechables, como los cigarrillos electrónicos, que contribuyen a la acumulación internacional de residuos y a la degradación del medio ambiente. En una carta publicada en la revista Science, investigadores del Reino Unido han destacado que las ventas de vapeadores desechables se cuadruplicaron en el Reino Unido entre 2022 y 2023, y que los consumidores tiran ahora unos 5 millones de dispositivos cada semana. por su parte, en Estados Unidos, se tiran 4,5 vapeadores desechables cada segundo, y se está convirtiendo rápidamente en un problema que se repite en todo el mundo.
Uno de los principales problemas, según los científicos, es que los vapeadores y otras tecnologías desechables, como los miniventiladores y los auriculares de un solo uso, suelen contener recursos valiosos como el litio y otros elementos de tierras raras.
Estos elementos se consideran cada vez más esenciales para industrias ecológicas como la de los vehículos eléctricos, pero su uso en los dispositivos existentes ha reducido considerablemente su disponibilidad mundial.
Y aunque la tecnología se comercializa como reciclable, se vende sin instrucciones claras de reciclaje y ofrece incentivos mínimos a los consumidores para que devuelvan los valiosos materiales una vez que han terminado de utilizarlos.
Para solucionar este problema, los investigadores han pedido una reforma urgente de las prácticas electrónicas desechables en la industria tecnológica, con el fin de evitar el continuo agotamiento de los recursos y la degradación del medio ambiente.
También han afirmado que la premisa de la electrónica de usar y tirar y otros artículos de un solo uso debe cuestionarse en su esencia, y que tales productos «pueden ser demasiado peligrosos a largo plazo para justificar su mantenimiento en el mercado».
La carta ha sido redactada por expertos en ciencias medioambientales, ciencia de los materiales, biología marina, comportamiento del consumidor y ética de la Universidad de Abertay, la Universidad de Dundee, el University College de Londres y la Universidad de Plymouth.
El llamamiento sigue a la reciente legislación introducida en países como el Reino Unido y Australia para limitar la disponibilidad de vapeadores desechables, como parte de una campaña más amplia para reducir el impacto del tabaquismo y las alternativas electrónicas.
Productos de usar y tirar baratos y cómodos
Según Laura Young, galardonada defensora del medio ambiente e investigadora de la Universidad de Abertay y la Universidad de Dundee, «la electrónica de usar y tirar se ha generalizado, y el principal ejemplo es el auge y la prevalencia de los vapeadores desechables. Estos pequeños dispositivos electrónicos fomentan el desecho casual de materiales preciosos de la Tierra y la creación de cantidades excesivas de residuos electrónicos. Las medidas legislativas, entre las que destaca el compromiso del Gobierno británico de prohibir los vaporizadores desechables, empiezan a abordar esta cuestión, pero es necesario actuar más allá de un enfoque producto por producto y país por país. Por tanto, ahora debemos aprovechar los éxitos pasados en la reducción de residuos a escala mundial, para atajar esta crisis antes de que nos consuma».
Para Richard Thompson, jefe de la Unidad Internacional de Investigación sobre Basuras Marinas. «la vida de usar y tirar es una consecuencia muy reciente y lamentable de la innovación tecnológica. Hace apenas unas décadas que se fabricaron los primeros productos de plástico de un solo uso, pero los residuos asociados -y muy persistentes- contaminan ahora todos los rincones de nuestro planeta. Los vapeadores desechables son uno de los últimos productos de este tipo que han llegado al mercado, y debemos reconocer urgentemente que nuestro apetito por los productos de usar y tirar baratos y cómodos tiene un coste inmenso para el medio ambiente y la salud humana».
Sue Dawson, catedrática de Geografía Física de la Universidad de Dundee, añade que «desgraciadamente, en el siglo XXI nos vemos asolados por una cultura de usar y tirar y por el deseo de contar con objetos de un solo uso en la vida cotidiana. Los vaporizadores desechables son un ejemplo de ello, ya que generan residuos, basura e impactos en nuestras calles, playas y cursos de agua. Esto no es sostenible y, por tanto, prohibir los vapeadores desechables contribuirá a proteger la salud de nuestra población y nuestro entorno natural».
«Reconocemos que prohibir productos que dan placer a millones de personas puede parecer antiempresarial .afirma Mark Miodownik, catedrático de Materiales y Sociedad del University College de Londres-. Pero las empresas implicadas no han actuado de forma responsable. De hecho, lo que está cada vez más claro es que lo desechable no es compatible con un planeta sano».
Por último Rebecca Wade, profesora titular de Ciencias Ambientales en la Universidad de Abertay, explica que «en cuanto nos alejamos un poco de las oportunidades comerciales y la supuesta conveniencia de la tecnología desechable, vemos los problemas en toda su extensión. Van desde cuestiones obvias a corto plazo, como la basura y los daños asociados al medio ambiente y la fauna, hasta la gestión de los residuos y los problemas a largo plazo del agotamiento de los recursos mundiales. Nuestro planeta, nuestras sociedades y el futuro de nuestras industrias tecnológicas no pueden permitirse despilfarrar nuestros valiosos recursos en productos de un solo uso».