Acuerda crear un marco global para reducir los residuos plásticos en mares y océanos.
Los ministros de Energía y Medioambiente del G20 acordaron, el pasado 16 de junio, crear un marco internacional que pida a los países miembros que adopten medidas para reducir el vertido de residuos plásticos al océano.
La contaminación plástica se ha convertido en una preocupación internacional creciente, particularmente después de las prohibiciones impuestas por China y otros países a la importación de residuos plásticos desde el extranjero. Muchos países, incluido Japón, han visto cómo se acumulan residuos de plástico a raíz de la prohibición.
La contaminación marina «es un asunto que requiere acción urgente dado su impacto negativo en los ecosistemas marinos, su subsistencia (…) y potencialmente la salud humana», señala la declaración adoptada por los ministros al término de su reunión de dos días en la ciudad de Karuizawa, en la región japonesa de Nagano.
La adopción de medidas se postula, no obstante, como voluntaria (cada país deberá informar sobre el avance de las mismas), y pese al acuerdo en dicha materia, los ministros del G20 no se mostraron en sintonía en todos los temas, como es el caso del cambio climático. Estados Unidos, que se retiró del acuerdo sobre cambio climático alcanzado en París en 2016, se negó a respaldar el compromiso de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
El documento adoptado sugiere, por ello, que los países del G20, a excepción de EEUU, se comprometen a implementar plenamente el acuerdo, que busca mantener el aumento global de las temperaturas por debajo de 2 grados Celsius a finales de siglo respecto a niveles preindustriales para mitigar el impacto climático.
En materia energética, los ministros del G20 destacaron la necesidad de reforzar la cooperación internacional para garantizar un suministro energético estable, después de que, hace unos días, dos cargueros de crudo fuesen atacados en el golfo de Omán.
El incidente no está explícitamente mencionado en el texto, pero señala la importancia de que exista una «infraestructura energética confiable para evitar interrupciones en el suministro» y haya una «diversificación de fuentes de energía, proveedores y rutas, y la facilitación de mercados abiertos, flexibles, transparentes, competitivos, estables y fiables».
Se espera que estas resoluciones sean posteriormente tratadas en la cumbre del G20 del 28 y 29 de junio en Osaka (oeste). El grupo del G20 está compuesto por Argentina, Australia, Brasil, el Reino Unido, Canadá, China, Francia, Alemania, la India, Indonesia, Italia, Japón, México, Rusia, Arabia Saudí, Sudáfrica, Corea del Sur, Turquía, Estados Unidos y la Unión Europea.
Fuente:
Fundación para la Economía Circular