La producción de todas las fracciones de residuos urbanos en el territorio metropolitano se ha reducido un 24% desde la declaración del estado de alarma, con un descenso más notable en los grandes municipios.
El estado de alarma declarado el pasado 14 de marzo a raíz de la crisis sanitaria provocada por la pandemia del COVID-19 ha tenido un efecto notable en la generación de residuos registrada en todo el territorio metropolitano de Barcelona, que se ha visto reducida al nivel del año 1989, un 24% respecto al período inmediatamente anterior al estado de alarma.
Los dos motivos principales de esta disminución rápida y sin precedentes han sido, según explican desde el AMB (Área Metropolitana de Barcelona), el cierre de actividades comerciales, tanto del sector servicios (incluida la restauración) como de otras actividades no esenciales, y el confinamiento de la población, que ha reducido la movilidad y ha cambiado los patrones de consumo.
El AMB estima que los hogares y los comercios que permanecen abiertos no han relajado sus hábitos de separación con la situación actual, al menos en las primeras semanas, y estima que la tasa de recogida selectiva se mantiene a los niveles de antes de el estado de alarma, al 38%, a pesar de la inactividad comercial. En este sentido, Eloi Badia, vicepresidente de Ecología del AMB, recuerda que «seguimos teniendo la gran responsabilidad de aumentar la recogida selectiva y mejorar los hábitos de reciclaje, y prevemos que así será con el despliegue de los sistemas individualizados de recogida».
Según Badia, «la reducción de residuos mezclados recogidos ha permitido reducir la cantidad de residuos que enviamos a tratamiento finalista, pero el reto es conseguir que la reanudación de la actividad económica no los haga incrementar. Esto sólo lo podemos conseguir aumentando la recogida selectiva de las actividades comerciales y potenciando la prevención de residuos, especialmente en el sector de la restauración, con el uso de envases reutilizables y reduciendo el desperdicio alimentario».
Descenso generalizado, pero con diferencias
Aunque la generación de residuos ha descendido en general en el territorio metropolitano, el descenso más notable se ha dado en los municipios más grandes, que habitualmente atraen más turismo y trabajadores ( Barcelona, 25% ) y estudiantes (Cerdanyola del Vallès, Sant Adrià de Besòs o Castelldefels ). Las ciudades medianas – Badalona, Santa Coloma, L’Hospitalet – también registraron una caída de entre el 8% y el 10%.
El caso de Barcelona tiene mucha importancia y un gran efecto en las cifras de la bajada, ya que es el municipio que concentra más comercio y establecimientos de restauración, que han parado su actividad, así como la ciudad con más «población flotante», que estos días no va a trabajar, estudiar o de visita. Además, Barcelona es el municipio donde la recogida puerta a puerta comercial tiene más peso.
Contrariamente, los municipios más pequeños ( Torrelles de Llobregat, San Clemente o Santa Coloma de Cervelló, por ejemplo) han experimentado una subida en la producción de entre el 12 y el 15%, ya que tienen un porcentaje elevado de población que habitualmente trabaja o estudia fuera, y por la existencia de algunas segundas residencias.
Materia orgánica
Los residuos orgánicos han sufrido una caída importante, debido a la inactividad de bares y restaurantes. El descenso ha sido del 30% en Barcelona, siendo la reducción en el total del área metropolitana del 27%.
Dado que, durante el confinamiento, prácticamente toda la producción de residuos orgánicos se produce en el ámbito doméstico de los municipios de residencia, esto provoca la caída más fuerte en la capital. El hecho de que en Barcelona la recogida de materia orgánica puerta a puerta comercial tenga un peso especial también hace que el descenso se acentúe cuando estos sectores cesan su actividad.
Papel y cartón
Desde el primer día, esta fracción ha experimentado un descenso debido al cierre de los comercios no alimentarios, que son el principal productor, y que sólo los establecimientos esenciales han seguido produciendo cartón. El descenso total, de un 26%, incluye los residuos de cartón recogidos puerta a puerta al comercio.
Vidrio
También desde el inicio del confinamiento, la cantidad de vidrio generado ha experimentado caídas notables, de un 21% en Barcelona y un 18% en el total del territorio metropolitano. La causa más directa es el cierre de los establecimientos de restauración y hoteles. Se estima que un 50% de la producción de residuos de vidrio se produce en este sector.
Envases ligeros
Con respecto a esta fracción, se registró una leve caída de los envases recogidos en el contenedor amarillo en la primera semana de confinamiento, aunque después su producción también ha ido disminuyendo progresivamente. Después de cuatro semanas de confinamiento, en Barcelona la generación de estos residuos ha disminuido más de un 7%, mientras que en el conjunto del área metropolitana el descenso ha sido del 3,5%.
Posiblemente, los motivos de la contención inicial fueron el aumento del uso de productos de limpieza, así como del consumo de envases de un solo uso de refrescos y otras bebidas (latas, botellas y briks), que en los bares, donde se suelen consumir habitualmente, se suelen servir en envases retornables.
Fracción resto
En cuanto a los residuos recogidos en el contenedor gris (recogida no selectiva), el descenso ha sido del 25% en Barcelona, y de un 17,5% al total del área metropolitana.
El cierre de la actividad comercial y de la restauración ha hecho reducir la cantidad de residuos no separados que se recogen en los contenedores de resto. Una gran parte de los establecimientos comerciales del área metropolitana no disponen de recogida específica (puerta a puerta), y utilizan los contenedores de la calle sin separar adecuadamente los residuos.
Residuos voluminosos
Esta fracción ha experimentado una caída del 80%, ya que en municipios como Barcelona se ha dejado de prestar este servicio hasta la finalización del estado de alarma.
Limpieza viaria
Los residuos provenientes del vaciado de papeleras, el barrido viario y los residuos abandonados fuera de los contenedores se han reducido en un 38%. Las causas más probables son una presencia muy inferior de personas en el espacio público, la desaparición de la actividad turística y el cierre de los establecimientos de comida rápida.
La individualización de la recogida es clave
Las variaciones observadas en estas primeras semanas demuestran la importancia de los sistemas individualizados de recogida, que el AMB ya está fomentando e incorporando en varios municipios metropolitanos, como los contenedores inteligentes y la recogida puerta a puerta .
Así, los municipios que recogen tanto los residuos domésticos como los comerciales en contenedores en la calle, la contención de la caída de la recogida de envases ligeros mostraría que los comercios tienden a separar menos los residuos que las viviendas. Contrariamente, las viviendas separan menos residuos que los comercios que disponen de recogida puerta a puerta, como muestra el descenso de residuos orgánicos, demostrando la efectividad de este sistema.
No coincido con las conclusiones. La individualización (puerta a puerta) de la recogida puede llegar a ser factible en localidades pequeñas, en concentraciones de gente en que hay un porcentaje de gente en tránsito (turismo, por trabajo, desplazamiento, estudios), solo puede ser factible la recogida por contenedores inteligentes o la de puerta a puerta si previamente en la comunidad de vecinos hay un responsable de la recogida en finca y entrega a seleccionador. Ah; noto a faltar en la consideración en la recogida fracción resto, la incidencia de que el confinamiento ha privado del cambio de domicilio y que la AMB ha venido diciendo, aunque con poco éxito, que no se recogían muebles y otros residuos de recogida no selectiva.