Áridos Reciclados de RCDs cree que la nueva normativa está abriendo la posibilidad de enterrar de forma indiscriminada residuos de construcción y demolición sin tratar
El grupo de interés Áridos Reciclados de RCDs -que integra a diversas asociaciones de gestores de residuos de construcción y demolición (RCD)- ha presentado alegaciones al Decreto que regula la gestión de estos residuos en Castilla y León, y cuyo fin es fomentar su prevención, reutilización, reciclado y otras formas de valorización, además de contribuir a un desarrollo sostenible de la actividad de la construcción. Para el sector es necesario establecer medidas adicionales para mejorar su sostenibilidad y lograr el tránsito a una economía circular, según explica en un comunicado.
Así, Áridos Reciclados de RCDs considera prematuro que el proyecto de Decreto, en su artículo 3, defina «unas condiciones tan restrictivas» de los aspectos que deben cumplir los áridos reciclados para obtener el fin de condición de residuo, y ve más adecuado esperar a la publicación de la Ley de Residuos y Suelos Contaminados (actualmente en trámite parlamentario) e incluir el fin de condición de residuos.
Por otra parte, en el artículo 3.b) se incluye el concepto de “residuo inerte adecuado” que, según el grupo de interés, «supone una contradicción en sí mismo». «Un residuo tratado en una planta de valorización y reciclaje de RCD se convierte en un producto, a falta de lo anteriormente expuesto en relación con el fin de condición de residuo. No existe un “residuo inerte adecuado”, distinto de los materiales naturales excavados, que pueda ser empleado para uso alguno, si no es procedente de una instalación gestora de RCD autorizada», defiende.
Además, Áridos Reciclados de RCDs explica que en el artículo 6.2 se citan los requisitos para considerar un árido reciclado. La organización considera que, sin ningún tipo de «rigor técnico», se han tomado como valores límites los contemplados en el RD 646/2020 para admisión de residuos en vertederos de inertes, así como la necesidad de analizar la ausencia de fibrocemento e impropios. Según el grupo de interés, «es responsabilidad del gestor garantizar la ausencia de elementos químicos contaminantes». Por ello, solicita que se elimine la obligación de ensayar cada 2000 m3 los áridos reciclados, en todos los parámetros citados, dejando a la empresa gestora autorizada la responsabilidad de garantizar la ausencia de elementos contaminantes mediante ensayos condicionados a un control de producción en fábrica, como el marcado CE y las declaraciones de conformidad, auditado por una empresa acreditada en esta materia.
Por ultimo, en el artículo 7 se reflejan los usos permitidos y requisitos para el residuo inerte adecuado. En este caso, la entidad solicita la anulación del mismo en su totalidad, «al carecer de fundamento y rigor técnico» porque «para cualquier tipo de obra que requiera de la aplicación de materiales reciclados, estos deben provenir de una planta autorizada».
Además, al establecer que los límites de elementos contaminantes pueden ser hasta tres veces superiores para su uso en restauraciones mineras frente al uso en una capa de firme como árido reciclado, se estaría «promoviendo el relleno de huecos mineros con residuos de forma descontrolada, así como su enterramiento».
En esa línea, el grupo de interés defiende el uso de los áridos reciclados procedentes de plantas autorizadas para todos los usos posibles, con los requerimientos técnicos que puedan y deban exigirse, «considerando siempre ‘áridos’, y no ‘residuos'».
Finalmente, Áridos Reciclados de RCDs recuerda que «va en contra de todas las directrices europeas y españolas el uso de residuos de la construcción sin tratar en aplicaciones de cualquier tipo».
Uso directo de residuos sin tratar
En base a lo expuesto en sus alegaciones, el Grupo de Interés reitera que es «inconcebible» la «imposición de estos condicionantes a los productos reciclados fabricados con todos los controles exigibles en instalaciones autorizadas, haciendo inviable su uso, frente a la relajación del uso directo de los residuos sin tratar mediante su enterramiento».
Al entender del grupo de interés, «la ‘doctrina’ en materia de gestión de residuos de la Unión Europea, las estrategias de economía circular y hasta el sentido común deben hacer reflexionar a la administración y hacer acorde, la nueva normativa, con los objetivos de mejora en la gestión de residuos». Y considera fundamental la consideración de estos como un recurso, no un desperdicio: «El uso de áridos reciclados procedentes de demoliciones es fundamental para evitar los altísimos costes energéticos e impactos ambientales de una parte de las extracciones mecánicas de áridos naturales».
En este sentido, la organización abogó también por redefinir los programas de sellado de vertederos que la Junta de Catilla y León acomete en la actualidad, para que se recupere la mayor cantidad posible de escombros para la obtención de áridos reciclados, «en lugar de limitarse a un simple enterramiento de residuos, que no deja de ser un enterramiento de materias primas recuperables para nuevos usos».
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