Esta renovación en la forma de representación surge en un momento en el que el sector afronta un proceso decisivo para el futuro de la gestión de los RCD en el marco de la Economía Circular.
Las asociaciones regionales de gestores de Residuos de Construcción y Demolición (RCD) de Andalucía (AGRECA), Madrid (AGESMA) y Galicia (ARCODEGA) inician una nueva etapa de colaboración interregional con el fin de hacer valer los principios de Economía Circular y Compra Verde aplicados al consumo de áridos reciclados y a la defensa de los intereses del millar de pymes que desarrollan su actividad en este sector.
Tras un período de pertenencia a la Federación Española de Asociaciones RCD -donde los colectivos andaluz y gallego representaban en torno al 50% de las empresas que aglutinaba el ente estatal- estas asociaciones han optado por el modelo del “grupo de interés”, con una larga trayectoria en el ámbito europeo, para la representación de sus intereses. Un modelo que consideran más acorde en la apuesta por lograr una participación activa en los procesos legislativos y de toma de decisiones de las administraciones públicas.
Bajo el nombre Árido Reciclados – RCD Grupo de Interés, se agrupan –desde ayer y coincidiendo con el Día Mundial del Medio Ambiente– las asociaciones de Andalucía, Madrid y Galicia que han decidido apostar por un cambio en su representación dentro del sector. Si bien, está previsto que en breve se sumen otros colectivos territoriales que ven en este modelo un sistema más adecuado para la defensa de sus intereses, especialmente en el plano normativo.
En pleno proceso decisivo
Esta renovación en la forma de representación surge en un momento en el que el sector, a nivel europeo, nacional y autonómico, afronta un proceso decisivo para el futuro de la gestión de los RCD en el marco de la Economía Circular. El sector encara un momento transcendental en el que estos colectivos regionales quieren expresar un postura clara y activa. Cabe recordar que debe afrontarse la revisión del Real Decreto 105/2008 que regula la gestión y producción de residuos de construcción y demolición y toda la adaptación normativa que debe producirse a lo largo de los próximos meses para adaptar las normas de residuos estatales, autonómicas y regionales a la nueva normativa europea.
Más del 75% de los escombros producidos en España no llega a valorizarse, lo que refleja un despilfarro de una materia prima necesaria
Esta apuesta por constituir un grupo de interés es también fruto de la necesidad de diferenciarse de otros colectivos que, de forma oportunista, se acercan al mundo del RCD pero que, en realidad, están favoreciendo el uso de estos escombros como relleno de huecos mineros en los que no se lleva a cabo un tratamiento adecuado (mediante planta de reciclaje) de estos residuos de construcción y demolición.
Las trabas que acechan al sector
Los restos procedentes de las obras de construcción y demolición son el segundo residuo, en volumen y peso, que se produce en España tras los urbanos, pero apenas un 20% de los RCD se somete a una valorización adecuada realizada por gestores autorizados que permitan garantizar su transformación de residuo a recurso para su aprovechamiento como áridos reciclados de calidad destinados a la construcción. Buena parte de ellos son “gestionados” de forma incorrecta, ilegal y en muchos casos delictiva, generando graves impactos ambientales y paisajísticos, enmascarados como planes de recuperación de espacios, como los que se están llevando a cabo en buena parte de Castilla y León o Madrid, que carecen de las garantías profesionales necesarias para asegurar una recuperación real del espacio y no un mero enterramiento de residuos.
Pero los casos de irregularidades en materia de tratamiento de RCD y falta de fomento de los áridos reciclados por parte de las administraciones a distintos niveles se repiten por todo el territorio español. Prácticas irregulares de las que se nutren desde vertederos hasta antiguos huecos mineros que son rellenados con estos residuos, obviando que pueden convertirse de nuevo en recursos de gran utilidad. Apenas el 14% de los escombros que se generan en España son reutilizados en forma de áridos reciclados.
Los RCD y las plantas de gestión autorizadas son, en verdad, auténticas “canteras” de materia prima potenciales, de ahí que las cifras que arrojan que más del 75% de los escombros producidos en España no llegue a valorizarse reflejan un claro despilfarro de una materia prima necesaria, a la par de comprometerse la existencia misma del sector del reciclado y valorización. Un ejemplo claro es la situación actual que atraviesa Canarias, donde existe un claro déficit de materia prima natural (árido de cantera) a pesar de lo cual siguen proliferando los vertederos y no se apoya desde las administraciones el reciclaje y la compra verde, los árido reciclados, que podrían ser parte de la solución a sus problemas.
La laxitud de las administraciones locales pone también en jaque la supervivencia de los gestores autorizados ante los incumplimientos reiterados del Real Decreto 105/2008 que regula la gestión de estos materiales. La permisividad de los ayuntamientos con los gestores ilegales es tal que en la actualidad se permiten prácticas como la exportación de escombros a vertederos de comunidades vecinas, como recogen las denuncias presentadas en el País Vasco por supuestas prácticas de esta índole.
Los restos procedentes de las obras son el segundo residuo, en volumen y peso, que se produce en España tras los urbanos
El sector se enfrenta también en la actualidad a “peculiaridades” normativas, como la existencia de un monopolio de gestión en la Comunidad de Madrid que niega a los gestores la posibilidad de ser recicladores y obliga a la entrega de materiales a una macroplanta-vertedero. Un ejemplo más de los “laberintos” normativos que afectan directamente al sector en la actualidad, que se complementan con la falta de incentivos, generalizado en todo el estado, al uso de áridos reciclados en lugar de natural a pesar de la reducción de costes de energía y la disminución del impacto ambiental que esta alternativa permite.
Objetivos europeos para los RCD
La tasa de valorización de RCD en España se aleja, en gran medida, del ambicioso objetivo marcado por la Unión Europea de cara a 2020 que aspira a que el 70% de los residuos de construcción y demolición sean valorizados, en una clara apuesta por la Economía Circular, y que va más allá del reciclaje promoviendo un cambio de modelo en la gestión. Un objetivo con el que los RCD están abocados a cumplir, puesto que son, precisamente, su mejor ejemplo, al ser valorizables en porcentajes cercanos al 100%.
En una apuesta firme por una Economía Circular el sector se ha convertido en una industria nada desdeñable, no solo por la elevada tasa de valorización a la que aspiran los RCD sino por el propio peso del sector, abalado por una facturación de 160 millones de euros al año, unos datos significativos a los que se suman los 10.000 empleos que genera entre puestos directos e indirectos. Solo las plantas de valorización de RCD acumulan 2.500 puestos de trabajo directos.