Diversas organizaciones piden a la ministra de Medio Ambiente que aproveche la revisión de la ley de aparatos eléctricos y electrónicos para introducir el veto a los vapeadores de un solo uso.
Varias organizaciones profesionales, ambientales y sanitarias de Alemania, entre ellas la Asociación Federal de la Industria Alemana de Gestión de Residuos, Agua y Reciclaje (BDE), han pedido por carta a la ministra federal de Medio Ambiente, Steffi Lemke, que introduzca de forma urgente una prohibición a nivel nacional de los cigarrillos electrónicos desechables.
Según las entidades firmantes, el auge de estos productos no sólo es un peligro para la salud, sino que también tiene importantes repercusiones económicas y ambientales. Y es que los cigarrillos electrónicos desechables consumen grandes cantidades de recursos valiosos y pueden provocar incendios devastadores debido a las baterías de iones de litio que contienen.
Por ello, estas organizaciones han pedido que se aproveche la actual revisión de la Ley de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (ElektroG), para consagrar la prohibición lo antes posible. También alegan motivos de salud o protección de la juventud.
Anja Siegesmund, presidenta de la BDE, afirma que «el cigarrillo electrónico desechable está diseñado como un producto de usar y tirar: Tras un breve periodo de uso, acaba en la basura residual, en el contenedor de papel, en la bolsa amarilla o en cualquier otro sitio. Esto es fatal, porque las baterías de iones de litio que contienen se incendian muy rápidamente: Apenas pasa un día sin que se incendie un vehículo de recogida de basuras o una planta de reciclaje, provocando incluso un siniestro total. Sin contramedidas eficaces, la seguridad de la eliminación está en peligro. Por eso deberían prohibirse los vlapeadores desechables, porque malgastan recursos y causan muchos daños».
Para Barbara Metz, directora general federal de la organización ambiental Deutsche Umwelthilfe, «los cigarrillos electrónicos desechables son un producto totalmente innecesario y perjudicial para el clima que nadie necesita realmente y que debería prohibirse». Asegura que «su fabricación y eliminación causan importantes daños medioambientales»y que «contienen materias primas fundamentales como el litio, el cobalto y el cobre, cuya extracción destruye la naturaleza y consume grandes cantidades de agua».
«Además -insiste Metz-, estos productos suelen desecharse de forma incorrecta, lo que significa que los materiales reciclables que contienen no pueden recuperarse».
Desde el ámbito sanitario, el Dr. Klaus Reinhardt, presidente de la Asociación Médica Alemana, explica que «con sus sabores y diseños de envases, los cigarrillos electrónicos son especialmente atractivos para los niños y los jóvenes. Las variantes desechables atraen especialmente a los jóvenes por su bajo precio. Desde un punto de vista médico, una cosa está clara: los cigarrillos electrónicos desechables deben prohibirse».
En su carta, las organizaciones advierten de que los vapeadores desechados de forma incorrecta o descuidada pueden liberar al medio ambiente sustancias tóxicas como litio, nicotina y aromas. Si además los envoltorios son de plástico, éste permanece en la naturaleza en forma de microplásticos.
Por otro lado, estos pequeños dispositivos electrónicos suponen un riesgo de incendio que pone en peligro plantas de clasificación y reciclaje, y que tampoco pueden descartarse en los hogares. Esto es debido a que los cigarrillos electrónicos desechables contienen baterías de iones de litio que pueden autoinflamarse si se dañan.