Diversas entidades del sector aseguran que la mala gestión de los vapeadores desechables al final de su vida útil provoca incendios en los camiones y plantas de reciclaje, además de suponer una pérdida de materias primas muy valiosas.

Piden la prohibición de los cigarrillos electrónicos de un solo uso en Europa

Diversas asociaciones europeas de gestión de residuos han emitido un comunicado conjunto en el que piden la prohibición total de los cigarrillos electrónicos de un solo uso (vapeadores) para finales de 2024, debido al impacto negativo que tienen en las comunidades y el medio ambiente, y a los objetivos de la economía circular.

Los cigarrillos electrónicos se comercializaron por primera vez en Europa en 2006. En un principio se desarrollaron como alternativa al tabaco tradicional y su objetivo era ofrecer a los consumidores una forma de inhalar vapor de nicotina sin los efectos nocivos asociados a la combustión del tabaco, como el alquitrán y el contenido de carbono. Desde su aparición, los diseños han evolucionado, incluida la venta de cigarrillos electrónicos de un solo uso, que se vendieron por primera vez en Europa en 2019 y estaban dirigidos a consumidores que buscaban costes más bajos, productos más pequeños y una gama más amplia de diferentes líquidos y sabores, con o sin nicotina.

Todos los dispositivos de cigarrillos electrónicos funcionan con una batería de litio externa o interna. La mayoría de las baterías externas son recargables, mientras que las internas son parcialmente recargables en función del tipo de dispositivo. Sin embargo, las baterías internas de la mayoría de los dispositivos desechables de un solo uso no son recargables. Los modelos iniciales tenían una batería de corta duración y un depósito pequeño, pero a pesar de ello han crecido exponencialmente año tras año, con unas ventas mundiales que alcanzarán los 19.300 millones de dólares en 2019. El diseño del producto también ha evolucionado con una mayor potencia de la batería, mayor capacidad y duración de uso.

Estos dispositivos (sujetos a diferencias de diseño) constan de un atomizador, una fuente de energía (la batería de litio) y un recipiente como un cartucho o depósito lleno de líquido. Se fabrican con algunos de los recursos más valiosos del planeta: acero, aluminio, cobre y litio. También tienen carcasas de plástico que contienen retardantes de llama bromados (COP).

Según la normativa europea sobre responsabilidad del productor, estos vapeadores se clasifican como «aparatos eléctricos y electrónicos» (AEE) y están sujetos a obligaciones para los fabricantes y distribuidores, entre ellas contribuir a ofrecer opciones de recogida y reciclado al final de su vida útil. Sin embargo, en la práctica, debido a la falta de concienciación y a los denominados free-riders (empresas que no asumen sus obligaciones para financiar la gestión de estos dispositivos al final de su vida útil), muchos fabricantes y distribuidores de estos aparatos no se registran, por lo que no contribuyen al sistema de tratamiento de los residuos.

Impacto negativo

Debido a la cada vez mayor presencia de cigarrillos electrónicos desechables de un solo uso, su impacto es hoy una creciente preocupación pública y de la industria, y varios gobiernos ya han tomado medidas para limitar o prohibir el vapeo en sus países, entre ellos el Reino Unido, Francia, Turquía, India, Tailandia, México y Australia. A nivel mundial, muchos otros gobiernos también están debatiendo la prohibición o restricción de estos productos, incluida la prohibición de los líquidos aromatizados.

Los gestores de residuos denuncian que los cigarrillos electrónicos de un solo uso contribuyen a dañar el medio ambiente local a través de la basura. Si se desechan de forma inadecuada, pueden liberar metales pesados, nicotina y otras sustancias químicas de las pilas y el líquido electrónico no utilizado. Se han encontrado más de 80 sustancias químicas nocivas, como formaldehído y nanopartículas metálicas, en estos líquidos.

Otra preocupación importante es la batería de litio, ya que su eliminación incorrecta e irresponsable es una causa conocida de incendios en los contenedoresde recogida municipales, los camiones de recogida de residuos y las instalaciones de gestión de residuos.

Además, dado el volumen de estos dispositivos que se venden hoy en día, y el llamamiento a garantizar la seguridad de las materias primas críticas, la pérdida de metales valiosos y reutilizables y de litio por una eliminación descuidada es contraria a los objetivos globales de una economía circular más sólida.

Por último, los aspectos negativos para la salud del creciente número de menores que consumen cigarrillos electrónicos están bien documentados, y se considera que los vapeadores desechables de un solo uso son un factor clave en el alarmante aumento del consumo entre los jóvenes.

El precedente de los plásticos de un solo uso

Las organizaciones firmantes argumentan que el Reglamento REACH faculta a la Unión Europea para imponer restricciones al uso de productos que contengan sustancias identificadas como peligrosas para la salud humana o el medio ambiente. La legislación nacional de protección del medio ambiente respalda estas medidas. En los últimos años se han emprendido acciones legales contra otros productos de un solo uso, como las pajitas y bolsas de plástico, etc., por lo que el precedente existe.

Por todo ello, CEWEP, EBRA, EERA, EuRIC, FEAD, FERVER, Municipal Wastes Europe y WEEELABEX solicitan que los cigarrillos electrónicos de un solo uso sean prohibidos en Europa a finales de 2024 como muy tarde.

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