La empresa se suma como partner a este proyecto para impulsar la economía circular y generar energía limpia y productos de valor añadido a partir de los residuos de producción.
La empresa ilicitana Greene Waste to Energy se ha sumado como partner al proyecto Eco Challenge, una iniciativa que reúne a distintas empresas del sector calzado que, entre otros objetivos, pretenden volver a traer a Europa una buena parte de la producción de calzado que hoy en día se fabrica en Asia. Greene ofrecerá su tecnología para este proyecto, con la que se valorizarán 50.000 toneladas de residuos al año, convirtiendo estos los desechos en productos de valor añadido como biocombustibles renovables, ceras industriales o hidrógeno.
El proyecto Eco Challenge está liderado por Simplicity Works y lo integran empresas del sector como Pikolinos, Jeanología, Zahonero, Hilaturas Ferre, Asti o Grupo Soledad. Su primera fase se desarrollará a lo largo de 2021 y supondrá la inversión de 2,5 millones de euros en la puesta en marcha de la fábrica LAB, que dará trabajo a unas 100 personas. Este centro producirá alrededor de 600.000 pares de zapatos anuales para la industria del calzado internacional.
La tecnología de gasificación de Greene estará presente en el proyecto para valorizar los residuos que se generen durante la producción, y que a través de un proceso de gasificación se utilizarán para producir energía térmica y eléctrica, y otros productos de valor añadido.
El potencial de este primer proyecto ha hecho que la Generalitat Valenciana haya mostrado su apoyo y que se haya convertido uno de los 20 seleccionados en el marco de la estrategia de recuperación valenciana que opta a los fondos Next Generation EU. Además, Eco Challenge cuenta con el apoyo de las principales patronales del calzado como FICE, AVECAL y AEC y a la Conselleria de Industria.
Según ha explicado el director de Desarrollo de Negocio de Greene Waste to Energy, Juan Manuel Martínez, “el proyecto Eco Challenge nace con una clara vocación de impulso a la economía circular, de ahí que hayan contado con nosotros y con nuestra tecnología, que permite convertir un problema como son los residuos, en una oportunidad, generando productos de valor, como biogás, aceite pirolítico, ceras con aplicación industrial, etc.”. Como explica Martínez, “la industria del textil y calzado genera residuos de gran heterogeneidad y esta es precisamente la clave para la aplicación de nuestro modelo de valorización energética”.