Greenpeace, junto a otras muchas organizaciones dentro del movimiento #BreakFreeFromPlastic (rompe con el plástico), ha puesto en marcha una campaña a nivel mundial para frenar el problema de la contaminación por plásticos desde la raíz: las empresas que generan esos productos y no se responsabilizan de los daños que causan.

Los supermercados tienen un papel crucial en esta problemática, ya que la gran mayoría de sus productos están envasados y ofrecen escasas alternativas a las personas consumidoras. Por ello, Greenpeace continúa demandando que los supermercados eliminen los envases de plástico de un solo uso de sus productos con una petición que ha conseguido ya más de 24.500 firmas.

Para desnudar la fruta se ha unido a un grupo de ciudadanos y ciudadanas que crearon a principios de 2018 la campaña de Desnuda la Fruta, que pretende denunciar el abuso del plástico en la venta de algunos alimentos, centrándose en frutas y verduras. Su campaña se ha hecho eco en toda España y ahora nos unimos a ella para lograr un objetivo común: que los supermercados eliminen los plásticos de un solo uso de nuestra comida.

Nuestra cultura del usar y tirar está destruyendo el medio ambiente. La producción de plásticos sigue aumentando cada año a un ritmo alarmante y solo una pequeña cantidad de lo que se produce se reutiliza o recicla de nuevo. Una gran cantidad de los plásticos que consumimos y usamos cada día llegan a nuestros ríos y playas por el viento o la lluvia, que los arrastran desde donde hayan sido depositados, o desechados de forma irresponsable.

Una vez en los océanos, el plástico absorbe otras sustancias químicas tóxicas, se fragmenta en partículas diminutas (microplásticos), y es transportado por las corrientes marinas, extendiendo estos residuos por todos los rincones del planeta. Los plásticos en el mar causan graves impactos en la fauna marina. Se sabe que hasta 9 de cada 10 aves marinas, 1 de cada 3 tortugas marinas, y más de la mitad de especies de ballenas y delfines han ingerido plástico en alguna ocasión. Aunque casos como el joven cachalote que recientemente varó en Murcia a causa de los 29 kilos de plásticos que había ingerido generan gran repercusión mediática; la ingesta de plásticos por la fauna marina lleva denunciándose desde hace décadas.

Durante años se ha permitido a las empresas la producción en masa de productos de plástico de un solo uso y se ha fomentado un consumo desenfrenado de los mismos. Actualmente, las empresas siguen eludiendo su responsabilidad en los productos que venden, y la desplazan hacia las personas consumidoras. Estamos condicionados a pensar que nuestra fruta y verdura necesita estar envuelta en plástico por medidas higiénicas, aunque sepamos que la naturaleza ya ha pensado en ello y lavemos nuestros productos antes de comerlos de todas formas.

Sin embargo, cada vez son más las personas que rechazan el viejo discurso de que los plásticos de usar y tirar son inevitables y que son conscientes de que el reciclaje no es ninguna panacea a la contaminación por plásticos. Es necesario que los supermercados lideren este cambio y comiencen a ofrecer productos a granel y otras alternativas a los plásticos. De lo contrario, estos residuos seguirán llegando en cantidades ingentes al medio ambiente, y afectando tanto a la fauna marina como al ser humano.

Esta semana, Greenpeace anima a que se denuncie el sobre envasado y los plásticos de un solo uso que observamos cada día en los supermercados. Si quieres ayudar a parar la contaminación por plásticos en los océanos, pide a los supermercados que eliminen estos productos de sus establecimientos. Haz una foto de las frutas y verduras que veas envasadas en plástico, compártela en redes sociales, y ¡etiqueta al supermercado responsable! Utiliza las etiquetas #DesnudaLaFruta, #BreakFreeFromPlastic, #RidiculousPlastic.

 

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