La organización ambiental afirma que el plástico es incompatible con la economía circular y reclama un tope a la producción de este material y su progresiva reducción.
Un nuevo informe de Greenpeace USA ofrece una relación de investigaciones revisadas por pares y estudios internacionales que concluyen que el reciclado aumenta la toxicidad de los plásticos. El documento, de hecho, destaca la amenaza que suponen los plásticos reciclados para la salud de los consumidores y los trabajadores del sector del reciclaje. Junto con estudios anteriores que demuestran que muy poco plástico llega a las instalaciones de reciclado -menos del 9% en todo el mundo, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA)-, el informe concluye que las negociaciones del Tratado Mundial sobre los Plásticos, que se celebran desde hoy y hasta el 2 de junio en París, deben centrarse en poner un tope a la producción de plástico y luego reducirla progresivamente.
El informe, titulado «Forever Toxic: The science of health threats from plastic recycling», señala que, según el PNUMA, los plásticos contienen más de 13.000 sustancias químicas, de las cuales más de 3.200 son peligrosas para la salud humana. Además, muchas de las demás sustancias químicas de los plásticos nunca se han evaluado y también pueden ser tóxicas. Los plásticos reciclados, recuerda el estudio, suelen contener niveles más elevados de sustancias químicas, como retardantes de llama, benceno y otros carcinógenos, contaminantes ambientales como dioxinas bromadas y cloradas, y alteradores endocrinos que pueden provocar cambios en los niveles hormonales naturales del organismo.
Graham Forbes, responsable de la campaña mundial sobre plásticos de Greenpeace USA, asegura que «la industria del plástico -incluidas las empresas de combustibles fósiles, petroquímicas y de bienes de consumo- sigue presentando el reciclado de plásticos como la solución a la crisis de la contaminación por plásticos. Pero este informe demuestra que la toxicidad del plástico aumenta con el reciclado. Los plásticos no tienen cabida en una economía circular y está claro que la única solución real para acabar con la contaminación por plásticos es reducir masivamente su producción.»
El informe destaca tres vías por las que el plástico reciclado acumula sustancias químicas tóxicas:
- Contaminación directa por sustancias químicas tóxicas en el plástico virgen: Cuando los plásticos se fabrican con sustancias químicas tóxicas y luego se reciclan, estas pueden transferirse a los plásticos reciclados.
- Lixiviación de sustancias tóxicas en los residuos plásticos: Según numerosos estudios, los plásticos pueden absorber contaminantes por contacto directo y por absorción de compuestos volátiles. Cuando los plásticos se contaminan con toxinas en el flujo de residuos y el medio ambiente y luego se reciclan, se producen plásticos reciclados que contienen una mezcla de sustancias químicas tóxicas. Por ejemplo, los envases de plástico para pesticidas, disolventes de limpieza y otras sustancias tóxicas que entran en la cadena de reciclado pueden contaminar el plástico reciclado.
- Nuevas sustancias químicas tóxicas creadas por el proceso de reciclado: El calentamiento de los plásticos durante el proceso de reciclado puede generar nuevas sustancias químicas tóxicas que se introducen en los plásticos reciclados. Por ejemplo, se crean dioxinas bromadas cuando se reciclan plásticos que contienen retardantes de llama bromados, y un estabilizador utilizado en el reciclado de plásticos puede degradarse en una sustancia altamente tóxica que se encuentra en los plásticos reciclados. Los problemas de clasificación y la presencia de determinados componentes de los envases en los materiales clasificados también pueden provocar toxicidad en el plástico reciclado.
En las reuniones de París, formalmente conocidas como la segunda reunión del Comité Intergubernamental de Negociación (INC) para el Tratado Mundial sobre los Plásticos, la red mundial de Greenpeace abogará por un acuerdo ambicioso y jurídicamente vinculante que acelere una transición justa para dejar de depender de los materiales plásticos y establezca controles mundiales para regular las sustancias químicas tóxicas del plástico.
La Dra. Therese Karlsson, asesora científica de la Red Internacional para la Eliminación de Contaminantes (IPEN), afirma que «los plásticos se fabrican con sustancias químicas tóxicas, y estas sustancias químicas no desaparecen simplemente cuando se reciclan los plásticos. La ciencia demuestra claramente que el reciclado de plásticos es una empresa tóxica que amenaza nuestra salud y el medio ambiente a lo largo de todo el proceso de reciclado. En pocas palabras, el plástico envenena la economía circular y nuestros cuerpos, y contamina el aire, el agua y los alimentos. No debemos reciclar plásticos que contengan sustancias químicas tóxicas. Las soluciones reales a la crisis de los plásticos requerirán controles globales sobre los productos químicos en los plásticos y reducciones significativas en la producción de plástico».
En las conversaciones de París, Greenpeace aboga por un plan de siete puntos para el Tratado Mundial sobre los Plásticos:
- Lograr reducciones inmediatas y significativas en la producción de plástico, estableciendo una vía para acabar con la producción de plástico virgen.
- Promover un cambio hacia economías basadas en el rellenado y la reutilización, creando puestos de trabajo y normas en nuevas industrias de reutilización y apoyando las prácticas establecidas de cero residuos.
- Apoyar una transición justa para los trabajadores de toda la cadena de suministro de plásticos, dando prioridad a los recicladores, que recogen aproximadamente el 60% de todo el plástico que se recolecta para reciclar en el mundo.
- Promover las tecnologías sin combustión para los acopios de residuos plásticos y la eliminación de residuos.
- Instaurar el principio de «quien contamina paga» para la gestión de los residuos plásticos y para abordar los costes sanitarios y medioambientales a lo largo del ciclo de vida de los plásticos.
- Mejorar significativamente la regulación, la supervisión, la seguridad y la protección de los trabajadores de las instalaciones de reciclaje existentes.
- Exigir transparencia sobre las sustancias químicas de los plásticos y eliminar todos los aditivos y sustancias químicas tóxicas utilizadas en el ciclo de vida de los plásticos.
En vísperas de las negociaciones, más de 100 científicos y grupos de la sociedad civil publicaron una carta en la que instaban a las Naciones Unidas a impedir que la industria de los combustibles fósiles socavara las negociaciones. Personajes famosos como Jason Momoa, Jane Fonda o Alec Baldwin escribieron una carta pidiendo a la Administración Biden que apoye un tratado jurídicamente vinculante que limite la producción de plástico.