Así lo refleja un estudio realizado en las plantas españolas de reciclaje de polietileno de alta densidad de la multinacional Alpla.
El polietileno de alta densidad reciclado (rHDPE) procedente de las plantas de reciclaje de la empresa Suminco, perteneciente al Grupo Alpla, en Montcada i Reixac (Barcelona) y en Venta de Baños (Palencia), provoca hasta un 88% menos de emisiones de carbono equivalente que el material virgen. Esta es la conclusión de un análisis realizado por la consultora empresarial independiente c7-consult, y que subraya una vez más la importancia del reciclaje.
El reciclaje de los envases de plástico forma parte de la estrategia de sostenibilidad de Alpla, fabricante mundial de envases que aboga por un circuito cerrado de estos según el principio ‘de botella a botella’. El reciclaje desempeña un papel fundamental en este sentido, dando valor a los envases de plástico usados. Habiéndose establecido desde hace tiempo un nombre a nivel mundial como socio para el reciclaje de PET sobre la base de sus propias plantas de reciclaje, la compañía amplió su actividad al reciclaje de HDPE en otoño de 2019, cuando compró las dos plantas de reciclaje españolas.
Para subrayar la importancia del reciclaje también en el ámbito del HDPE, Alpla encargó a c7-consult, una consultora empresarial independiente centrada en las evaluaciones del ciclo de vida, el clima y la sostenibilidad, el cálculo de la huella de carbono del rHDPE.
Reducción de las emisiones de carbono
El resultado ilustra una vez más por qué merece la pena seguir invirtiendo en actividades de reciclaje: el rHDPE producido en Montcada tiene una huella de carbono de 0,24 kg equivalentes de carbono por kilogramo. Esto equivale a un 88% menos de emisiones de gases de efecto invernadero que el HDPE virgen, cuya huella es de 1,92 kg de equivalentes de carbono por kilogramo.
El rHDPE producido en Venta de Baños también tiene una excelente huella de 0,28 kg equivalentes de carbono por kilogramo, lo que supone un 85% menos que el material virgen.
El análisis abarca la recogida selectiva y la clasificación de las botellas de HDPE posconsumo (principalmente en España), su envío a las plantas de reciclaje y su lavado y transformación en pellets de rHDPE. Las dos plantas tienen actualmente una capacidad de procesamiento anual de aproximadamente 25.000 toneladas de polietileno de alta densidad reciclado.
«El ahorro de hasta un 88% de CO2 con el rHDPE en comparación con el material virgen confirma una vez más que nuestras inversiones en nuestras actividades globales de reciclaje merecen la pena. Deseamos seguir por este camino también en el futuro», afirma Günther Lehner, presidente de Alpla.
Clasificación por colores
Cuando se trata de reciclar HDPE, la compañía se centra especialmente en la clasificación por colores. De este modo, se mantienen los flujos de reciclaje de HDPE de alta calidad, se conservan los flujos de color y se mantienen los envases durante más tiempo en el circuito. Al convertir el HDPE amarillo en rHDPE amarillo, el blanco en blanco, el rojo en rojo o el azul en azul, por ejemplo, se reduce el uso de pigmentos de color, a la vez que se evita la mezcla y, por tanto, el oscurecimiento del material.
Esto permite a Alpla satisfacer muchos de los requisitos de marketing de sus clientes y producir muchos ejemplos de envases de color utilizando materiales reciclados sostenibles. Todo ello de la mano de importantes medidas en el ámbito del diseño para el reciclaje, cuyo objetivo es dar cabida a la completa reciclabilidad de un producto ya en la fase de desarrollo del concepto.
En 2018, Alpla firmó el Compromiso Global de la Nueva Economía del Plástico, una iniciativa de la Fundación Ellen MacArthur, y se comprometió a invertir un total de 50 millones de euros para ampliar sus actividades de reciclaje hasta 2025. Desde entonces, la empresa ha aumentado considerablemente este objetivo de inversión. En 2021, se decidió destinar una media de 50 millones de euros al año específicamente al reciclaje. Además, todas las soluciones de envasado deberán ser totalmente reciclables para 2025 y la proporción de materiales reciclados posconsumo procesados deberá aumentar hasta el 25% del total de materiales utilizados para esa fecha.