Empleando residuos como plástico y papel y nanomoléculas de sílice, los investigadores de la Politécnica de Cartagena han obtenido un “ecohormigón” que pesa cinco veces menos que el hormigón convencional.
Investigadores de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) están desarrollando un tipo de hormigón ecológico fabricado a partir de residuos industriales. Este nuevo material de construcción, además de ser reciclado, es mucho más ligero que el hormigón convencional, permitiría reducir el consumo energético de los edificios y resistir mejor en caso de terremoto
“El proyecto de investigación surge de la problemática ambiental y social que se deriva de la producción, almacenamiento y generación en grandes cantidades diarias de residuos industriales. Se propone la reutilización de estos recursos, empleándolos en la fabricación de una nuevo hormigón”, explica Carlos Parra, investigador principal del proyecto.
“Las principales ventajas de este nuevo material son su baja densidad –haciéndolo idóneo para su empleo en zonas sísmicas–, una alta impermeabilidad y una reducción de cemento al emplear adiciones activas”, añade el docente de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura y Edificación (ETSAE) de la UPCT.
Los investigadores estudian y evalúan la posibilidad de emplear residuos industriales, como plástico y papel, y nanomoléculas de sílice para la fabricación de hormigones ultraligeros que cumplan con los estándares de resistencia y durabilidad y contribuyan a la sostenibilidad medioambiental, gracias al ahorro de recursos naturales y de energía en su fabricación, y a sus propiedades térmicas, que contribuirán a la reducción del consumo energético de los edificios.
Este hormigón ultraligero pesa cinco veces menos que el hormigón armado y quince menos que el acero. “Debido a su bajo peso y a su extraordinaria resistencia mecánica, presenta menos fuerzas inerciales, reduciendo de manera significativa el esfuerzo en caso de sismo”, resalta Carlos Parra, que ha iniciado una línea de investigación en sismorresistencia de las edificaciones y que dirigirá la tesis de la arquitecta Eva Sánchez, que desarrollará el estudio sobre el ecohormigón.
La fabricación del nuevo material y los ensayos sobre su resistencia se están realizando en la sección de hormigones del nuevo Laboratorio de Construcciones Arquitectónicas de la ETSAE. “Contar con un pórtico de ensayo y una prensa multifunción, entre otros equipos, nos ha dado un salto de calidad decisivo para liderar proyectos de investigación”, explica Parra.
“El producto que obtendremos se diferenciará de los ya existentes por sus materiales reciclados en combinación con nanomoléculas y por contribuir de forma innovadora a la ecosostenibilidad”, resume el investigador. El proyecto para la producción de Ecohormigón ultraligero (Eco_Hul) cuenta con financiación del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) y de la empresa Cementos de la Cruz.