La fundación medioambiental Rezero recuerda que la sustitución de bolsas de plástico por otros materiales, como papel o bioplásticos, solo perpetúa la cultura de usar y tirar, y reclama una apuesta decidida por la reutilización.
Desde hace dieciséis años, cada 3 de julio se celebra el Día Internacional sin Bolsas de Plástico, una fecha instaurada por Rezero en 2009 como símbolo del plástico desechable en Cataluña y que rápidamente se ha extendido a nivel internacional. A pesar de que desde 2021 la distribución gratuita de bolsas de plástico ha sido prohibida en muchas regiones del mundo, esta jornada sigue teniendo un significado relevante.
La celebración de este día es fundamental para recordar el origen y la razón de las políticas implementadas contra el uso de plásticos de un solo uso. La prohibición de la distribución gratuita de bolsas de plástico es una medida reciente, y el Día Internacional sin Bolsas de Plástico quiere alertar de que el problema de los plásticos de un solo uso persiste. A pesar de la eliminación de las bolsas de plástico, muchos envases y objetos desechables continúan siendo un desafío ambiental significativo.
Desde la entrada en vigor de la Directiva Europea de Plásticos de un solo uso en 2021, se ha evidenciado que el cambio no se produce de manera inmediata. «Las iniciativas comunitarias y las políticas públicas requieren rigor, valentía y una proyección a largo plazo. Además, las campañas de concienciación necesitan tiempo y repetición para generar un impacto sostenible en la conciencia social», afirma Rezero en un comunicado con motivo de esta celebración.
El Día Internacional sin Bolsas de Plástico ofrece una oportunidad para evaluar el progreso alcanzado y los desafíos que aún quedan por enfrentar. «Es importante señalar que sustituir las bolsas de plástico por alternativas de papel, compostables u otros materiales que perpetúan la cultura del usar y tirar no resuelve el problema. Es necesario abordar la raíz del mismo, dejando de malgastar recursos de corta duración y promoviendo la reutilización», recuerda la organización.
Así, este día supone un símbolo de gran valor para reflexionar sobre las prácticas cotidianas y el impacto de las políticas implementadas, con el objetivo de mejorar y ampliar las regulaciones existentes. «El 3 de julio se destaca la importancia de evitar tanto el plástico como el bioplástico, promoviendo la reutilización y buscando alternativas que prolonguen la vida útil de los productos», insisten desde Rezero.