El avión que inauguró ayer la ruta Madrid-Washington incorporaba un 2% de biojet obtenido a partir de residuos agroalimentarios en la Planta de Petronor en Bizkaia.
Repsol e Iberia han dado un paso más en su alianza para reducir las emisiones en el sector aeronáutico con la operación de los primeros vuelos de largo radio con biocombustible producido en España a partir de residuos de la industria agroalimentaria no aptos para el consumo humano. En concreto, el biojet utilizado pertenece a un lote producido en 2021 en la refinería de Petronor, empresa del Grupo Repsol, ubicada en Muskiz (Bizkaia).
El primer vuelo que ha incorporado el biocombustible inauguró ayer la ruta Madrid-Washington con un avión Airbus A330-200, bimotor, con capacidad para 288 pasajeros y actualmente uno de los aviones más eficiente de la aerolínea. Este avión tiene una capacidad máxima de despegue de 242 toneladas, y consume un 15% menos de combustible que la flota a la que sustituye.
El segundo vuelo unió Madrid y San Francisco, y el tercero Madrid y Dallas, ambos operados también con la flota Airbus A330-200.
Con estos tres vuelos se han reducido 125 toneladas las emisiones de CO2 a la atmósfera, gracias a la mejora de la eficiencia en el consumo de la flota empleada, junto con el uso del biocombustible sostenible.
Para Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol, “un sector como el aeronáutico necesita de soluciones como los biocombustibles para un proceso de descarbonización como el que nos encontramos. El compromiso de Repsol e Iberia nos sitúan a la vanguardia en este aspecto. Además, consolida nuestra posición como empresa multienergética con el objetivo de lograr cero emisiones netas en el año 2050, siendo la primera empresa del sector en adoptar esta ambiciosa meta”.
Por su parte, el presidente de Iberia, Javier Sánchez-Prieto, comentaba que “la aviación tiene ante sí un reto muy desafiante que solo puede alcanzarse dando pasos como el de hoy, que promuevan la producción de los combustibles de origen sostenible en cantidad suficiente y con precios competitivos, para que eso nos permita avanzar en la transición ecológica del sector aéreo”.
Esta iniciativa forma parte del convenio de colaboración hacia una movilidad más sostenible firmado por Repsol e Iberia el pasado mes de julio. Durante este tiempo, ambas compañías han colaborado en el proyecto AVIATOR, para analizar el impacto de las emisiones de aviación en la calidad del aire de los aeropuertos. Por otro lado, en el mes de noviembre operaron el primer vuelo Madrid – Bilbao con combustible sostenible a partir de residuos, y en enero de este año Iberia se integró en el consorcio SHYNE (Spanish Hydrogen Network), liderado por Repsol, para acelerar el desarrollo del hidrógeno verde en España.
Además, el acuerdo estratégico entre ambas compañías contempla para los próximos años una hoja de ruta para la promoción de los combustibles sostenibles de aviación (SAF, por sus siglas en inglés). En los vuelos operados ayer, Iberia y Repsol se adelantan a las medidas que la Unión Europea, a través del paquete Fit For 55, fijará para 2025, con la obligación de un 2% de combustible de aviación sostenible. Los vuelos a Washington, Dallas y San Francisco de ayer ya incorporaban un 2%.
En el futuro, Iberia y Repsol operarán nuevos vuelos con un porcentaje creciente de mezcla de biocombustibles que puede llegar hasta el 50%. Este producto se elaborará en la primera planta de biocombustibles avanzados de España, que está previsto que entre en funcionamiento en 2023 en Cartagena. También en 2024, Repsol e Iberia han previsto operar con combustible sintético (e-fuel) producido en la planta de Petronor en Bizkaia. Además, ambas compañías trabajan en un proyecto para el uso de aceite vegetal hidrotratado en los vehículos para servicios aeroportuarios.
Cabe destacar que el biocombustible avanzado procedente de residuos está incluido en la lista de combustibles sostenibles en la Directiva Europea de Energías Renovables.
El lote de biocombustible para aviones utilizado ayer ha sido el tercero fabricado por Repsol y el primero del mercado español producido a partir de residuos como materia prima. La compañía integra así herramientas de economía circular en el proceso, transformando los residuos en productos de alto valor añadido como son los combustibles de baja huella de carbono. Este lote se suma a otros dos anteriores producidos a partir de biomasa en las refinerías de Repsol en Puertollano y Tarragona.