Diez países europeos participan en este proyecto que aborda mejoras en la clasificación y reciclado de RCD y la producción de nuevos materiales recuperados para su uso en la construcción. Las soluciones desarrolladas se analizarán en seis casos de estudio, uno de ellos liderado desde Euskadi.
Un total de 35 organizaciones públicas y privadas de diez países europeos participan en el proyecto europeo ICEBERG (Innovative Circular Economy Based solutions demonstrating the Efficient recovery of valuable material Resources from the Generation of representative End-of-Life building materials), que se propone abordar el reciclado y recuperación de algunos de los residuos de construcción y demolición (RCD) más comunes.
El objetivo del proyecto es diseñar, desarrollar y validar sistemas y tecnologías de reutilización innovadoras, que permitan producir materiales recuperados con alto valor –bajo nivel de impurezas, por debajo del 8%– y confiables. La validación a escala industrial se realizará mediante seis casos de estudio en diferentes localizaciones de Europa, cubriendo así la circularidad del hormigón, la cerámica, la madera, el yeso, las espumas aislantes y los materiales superaislantes. Con esto se pretende además, mejorar la confianza y aceptabilidad de los materiales reciclados procedentes de residuos del sector de la construcción.
Y es que, a pesar de que en las últimas dos décadas se ha producido un gran avance en la gestión de RCD, sigue siendo necesario eliminar barreras para poder conseguir una economía circular en el sector de la construcción y la demolición. Se trata no sólo de evitar el vertedero como destino de los residuos, sino de validar usos de mayor valor añadido. Para ello es necesario mejorar la separación selectiva de las subcorrientes en la propia obra, desarrollar equipos de clasificación automática, caracterización en línea, purificación y valorización.
La duración del proyecto será de cuatro años y tiene un presupuesto de 15,6 millones de euros, de los que la Unión Europea aporta casi 13 millones. En la primera mitad del proyecto se desarrollarán y adaptarán herramientas y tecnologías para mejorar la trazabilidad, identificación, separación, reciclaje y reutilización de materiales procedentes de RCD. La segunda parte del proyecto estará dedicada a demostrar dichas soluciones en seis casos de estudio, analizando su impacto económico, ambiental y en la salud de trabajadoras y trabajadores.
35 organismos de 10 países
El Proyecto ICEBERG, financiado por la Unión Europea dentro del Programa Marco de Investigación e Innovación Horizonte 2020, ha reunido a 35 organismos –14 grandes empresas, diez pymes, nueve centros de investigación y universidades, y dos sociedades públicas ambientales– con una amplia experiencia en el sector de la construcción y del medio ambiente, de Alemania, Bélgica, España, Finlandia, Francia, Grecia, Italia, Países Bajos, Reino Unido y Turquía, y contará con la participación de seis organizaciones vascas.
El proyecto está coordinado por Tecnalia, que cuenta con una reconocida trayectoria en el liderazgo de este tipo de programas europeos. Por su parte, la Sociedad Pública de Gestión Ambiental del Gobierno Vasco-Ihobe liderará las actividades de comunicación, divulgación científica y sensibilización del proyecto, además de promover la reutilización de estos materiales mediante el desarrollo de políticas y herramientas administrativas.
El centro tecnológico Gaiker contribuirá al desarrollo de la unidad móvil de separación y clasificación automática de RCD
El centro tecnológico Gaiker contribuirá al desarrollo de la unidad móvil de separación y clasificación automática de RCD. Por último, las empresas Demoliciones Lezama, Serikat y Viuda de Sainz participarán aportando su conocimiento y colaborando en el desarrollo de las herramientas de soporte a la logística inversa y la validación de todas las soluciones en un caso de estudio local (de los 6 casos de estudio que contempla el proyecto, uno se liderará desde Euskadi).
De este modo, ICEBERG ha logrado captar 2,3 millones de euros para empresas vascas y 1 millón adicional para otras entidades españolas: Lenz Instruments desarrollará junto a Gaiker la unidad móvil de separación y clasificación automática de RCD, y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), junto con Keraben, adaptarán un proceso de micromolienda y validarán nuevos productos cerámicos con materiales recuperados.
El partenariado del proyecto lo completan Epea y Rampf Eco Solutions (Alemania); Colruyt, OVAM, Orbix Productions, Tracimat y Vlaamse Instelling Voor Technologisch Onderzoek (Bélgica); Teknologian Titkimuskeskus VVT, Tiihonen Ismo y Purkupiha (Finlandia); Keey Aerogel y Soprema (Francia); Megara Resins (Grecia); Rina Consulting (Italia); GBN, Technische Universiteit Delft, Universiteit Leiden, Volkerinfra y C2CA Technology (Países Bajos); Enva, Loughbrorough University y Saint Gobain Construction Products UK (Reino Unido); Bese, Cimsa, Hacettepe Universitesi y Tepe Betopan (Turquía).
El proyecto se ha marcado como objetivo principal desarrollar y poner en práctica nuevas soluciones, tanto tecnológicas como no tecnológicas, para lograr una mayor recuperación de materias primas contenidas en los RCD e incorporar conceptos de economía circular a la cadena de valor del sector de la edificación; por ejemplo, el uso de los materiales recuperados de los RCD como materias primas secundarias en nuevas aplicaciones destinadas al propio sector de la construcción.
Objetivos
El proyecto generará e integrará soluciones inteligentes que den soporte a la logística inversa que conlleva la recuperación y reutilización de materiales de construcción. Entre otras, está previsto desarrollar una herramienta de apoyo a la demolición, que permita generar de forma rápida y con precisión suficiente un modelo virtual del edificio a demoler, permitiendo obtener una estimación fiable del tipo y las cantidades de residuos esperables, así como conocer los impactos ambientales y económicos derivados de las tareas de demolición y gestión de los residuos. Además se establecerá una plataforma digital y un sistema de autenticación basado en tecnologías inalámbricas con el fin de mejorar la identificación y trazabilidad de los materiales y productos.
En cuanto a las tecnologías de clasificación y reciclado, ICEBERG apuesta por mejorar la separación automática de residuos mixtos, para lo cual diseñará y fabricará una unidad móvil de separación mediante sensores hiperespectrales, incluyendo software machine-learning, brazos robotizados y boquillas soplantes con lo que mejorar la eficiencia de la separación de residuos mixtos.
Se desarrollarán nuevos productos de construcción duraderos, desensamblables y con altas cantidades de materiales recuperados
Además, para cada uno de los principales materiales empleados en construcción, se mejorarán diversas tecnologías de reciclaje y purificación, lo que permitirá aumentar su valor añadido: control de calidad en línea, carbonatación y purificación de residuos de hormigón, micromolienda de residuo cerámico, pirólisis rápida de residuo de madera y posterior mejora de la calidad de las fibras obtenidas, mejora de la calidad del yeso reciclado de demolición o procedente de fuentes alternativas, purificación y solvólisis de espumas de poliuretano y procesado mediante reactor hidrotermal y supercrítico de residuos de vidrio o altos en sílice para obtener aerogeles.
Posteriormente, se diseñarán y fabricarán nuevos productos para construcción con altos niveles de circularidad. Serán elementos duraderos, fácilmente desensamblables e incorporarán altas cantidades de los materiales recuperados (entre el 30% y el 100%). Entre otros, se pretenden desarrollar ecocementos y ecohormigones, hormigones ultraligeros, bloques de hormigón prefabricados por carbonatación, productos cerámicos con menor energía embebida (hasta un 40% menos), paneles aislantes de fibra de madera, placas de yeso laminado con mayor aislamiento térmico y hasta un 35% de yeso reciclado y paneles aislantes de poliuretano reciclado. Todas estas soluciones serán validadas en seis nodos de estudio en diferentes localizaciones en Europa, una de ellas ubicada en Euskadi.
Según las previsiones de las entidades socias, las transformaciones que impulsará el Proyecto ICEBERG en el sector generarán a medio plazo un beneficio económico de 1.758 millones de euros y 6.265 nuevos empleos para 2030.