BIR cree que obstaculizar el flujo internacional de materiales reciclados colocará a los recicladores en una situación de desventaja competitiva frente a las materias primas primarias.

preocupan los aranceles en el sector del reciclaje

La Oficina Internacional de Reciclaje (BIR) ha mostrado su gran preocupación la evolución actual de las imposiciones y contramedidas arancelarias en todo el mundo. Este patrón de escalada corre el riesgo de desencadenar un ciclo perjudicial de restricciones comerciales con consecuencias de largo alcance para el comercio mundial y la estabilidad económica.

«BIR siempre ha abogado por un comercio libre y justo como base de una economía mundial sana y motor de intercambios comerciales productivos entre las naciones. Las barreras comerciales no sólo distorsionan los mercados, sino que también amenazan el crecimiento económico y la asignación eficiente de recursos en todo el mundo», afirma la organización en un comunicado.

«Junto con nuestras asociaciones nacionales miembros, BIR seguirá de cerca el impacto de estos acontecimientos en los mercados internacionales del reciclaje y en las economías nacionales. Hacemos hincapié, como se indica en nuestro documento de posición, en los importantes riesgos asociados a las medidas proteccionistas e instamos a los gobiernos a que se abstengan de aplicar políticas que puedan obstaculizar los flujos comerciales mundiales», ha añadido.

En un momento en que la cooperación internacional es más crucial que nunca, BIR ha pedido a los responsables políticos que defiendan la apertura de los mercados, garantizando que las industrias que dependen del comercio transfronterizo -como la del reciclaje- puedan seguir contribuyendo a una economía mundial más sostenible y eficiente.

Según destaca la entidad en su manifiesto,  la competitividad de la industria mundial del reciclaje depende de un acceso estable al mercado, que permita a las empresas privadas invertir, procesar, comercializar y reintroducir los materiales reciclados en el ciclo de producción. Obstaculizar el flujo de materiales reciclados a través de las fronteras afectará negativamente a este sector, esencial para la economía circular.

Este tipo de intervenciones comerciales y políticas tienen el efecto de colocar a los recicladores en una situación de desventaja competitiva frente a las materias primas primarias, obstaculizando los esfuerzos por combatir el cambio climático.

Las barreras comerciales también provocan pérdidas en la inversión y la innovación en la economía circular, por lo que la industria del reciclaje cree que debe estar adecuadamente representada en las entidades de toma de decisiones en los diversos ámbitos que afectan a sus operaciones.

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