Un informe analiza la brecha de circularidad en el sector textil y apunta a la sobreproducción de prendas sintéticas de baja calidad como principal obstáculo para una industria de la moda más sostenible.

La industria textil es solo un 0,3% circular

La industria textil mundial, incluida la de la moda y el hogar, consume cada año 3.250 millones de toneladas de recursos para producir artículos cada vez más efímeros. Y sólo el 0,3% de estos materiales proceden de fuentes recicladas, principalmente botellas de plástico. El uso de textiles reciclados en la producción sigue siendo mínimo, mientras que las fibras sintéticas derivadas del petróleo, como el poliéster, ganan terreno y representan ya el 70% de los materiales utilizados para confeccionar nuestra ropa.

Estas son las principales conclusiones del recién publicado Informe sobre la Brecha de Circularidad en el Sector Textil, elaborado por Circle Economy y la Fundación H&M. El informe reclama medidas urgentes para reducir el impacto ambiental de la industria mediante la adopción de principios de economía circular como la reutilización, el reciclaje y la ‘moda lenta’ o slow fashion.

Uno de los principales obstáculos a los textiles circulares es la sobreproducción de prendas baratas, de baja calidad y principalmente sintéticas, con las marcas de gran consumo lanzando hasta 24 colecciones al año. La industria textil se ha convertido en uno de los mayores consumidores de recursos, lo que provoca impactos medioambientales en todo el mundo. El informe estima que el sector contribuye en casi un 3,5% a las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI) relacionadas con el cambio climático, en un 5% a la sobrecarga de nutrientes que perturba los ecosistemas marinos y de agua dulce, y es responsable en un 3,5% de la escasez de agua.

Dos países -China y Estados Unidos- desempeñan un papel importante en estos impactos medioambientales: China es el mayor productor textil y Estados Unidos el mayor consumidor. Cabe destacar que el impacto medioambiental por persona en Estados Unidos es entre cinco y ocho veces superior a la media mundial, debido al elevado consumo de productos textiles.

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Hilde van Duijn, directora general de Circle Economy Foundation, ha declarado que «la industria textil y de la moda puede reducir considerablemente su huella medioambiental mediante prácticas circulares. Sin embargo, esta transición repercutirá en los medios de subsistencia de los 140 millones de trabajadores empleados en las cadenas de suministro textil. Garantizar una transición justa para estos trabajadores debería ser una prioridad absoluta tanto para los gobiernos como para las empresas».

Adoptar soluciones de economía circular en toda la cadena de valor textil puede ayudar a mitigar el cambio climático y la escasez de agua, preservar la biodiversidad y la salud humana y reducir la contaminación atmosférica, entre otros efectos positivos. El informe esboza estrategias para triplicar la circularidad de la industria textil y reducir su impacto ambiental hasta en un 50%.

Estas estrategias incluyen el aumento de la durabilidad de las prendas mediante el uso inteligente de fibras sintéticas y el aumento del reciclaje textil. La producción sostenible de fibras naturales es crucial, ya que los métodos tradicionales de obtención de materiales como el algodón y la lana pueden agravar los daños ambientales por el uso excesivo de agua, tierra, pesticidas y energía.

En definitiva, la industria textil circular es imposible sin una reducción drástica del consumo. Hoy en día, el europeo medio consume 26 kilogramos de productos textiles al año y desecha 12 kilogramos. Abrazar la moda lenta, que favorece la calidad frente a la cantidad, y apoyar a las empresas para que adopten modelos de alquiler o de uso compartido es clave para reducir la sobreproducción, mientras que unos métodos de fabricación más eficientes pueden reducir notablemente los residuos previos al consumo.

Christiane Dolva, responsable de Innovación, Investigación y Demostración de la Fundación H&M, afirma que este informe «ofrece  a la industria textil información práctica», y añade que el informe destaca los esfuerzos de circularidad de mayor impacto. Aunque no es una solución completa, la economía circular es una herramienta poderosa para impulsar un cambio significativo. Esperamos que estas ideas apoyen la transformación de toda la industria, beneficiando tanto a las personas como al planeta».

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