El documento recopila una serie de artículo de diversos expertos, numerosos datos impactantes sobre el problema de los residuos plásticos, así como algunas iniciativas para hacerle frente.
La contaminación por residuos plásticos es uno de los principales problemas medioambientales de nuestro tiempo. Una media de 8 millones de toneladas de plástico son vertidas cada año a los océanos, esto equivale a vaciar un camión de basura lleno de plásticos cada minuto. Si no cambiamos de tendencia, en 2025 nuestros océanos tendrán 1 tonelada de plástico por cada 3 de pescado, y en 2050 habrá más plásticos que peces.
Estas cifras requieren un cambio radical en la gestión de los residuos plásticos. Así lo señalan algunos de los artículos recopilados en el Observatorio de Salud y Medio Ambiente “Contaminación por plásticos. Uno de los mayores desafíos ambientales del siglo XXI”, elaborado por el Instituto DKV de la Vida Saludable, en colaboración con ECODES. Este informe alerta sobre la situación actual de la contaminación del plástico, cómo hemos llegado a ella, qué impactos tiene en nuestra salud y nuestro planeta, y qué soluciones se deben poner ya en marcha para convertir a los plásticos en un aliado y no en el causante de uno de los mayores problemas medioambientales de nuestro siglo.
La demanda de materia prima de plástico es enorme, la producción global de plásticos ha aumentado desde los 2 millones de toneladas en 1950 a aproximadamente 400 millones de toneladas en 2018. Es difícil hacernos idea de esta dimensión que equivale a 13 millones de camiones tráileres-cisterna de 30 toneladas. La previsión es que la demanda crezca continuadamente hasta superar los 1.000 millones de toneladas en 2050.
Islas de basura
Las más de 8 millones de toneladas de piezas de plástico que llegan cada año a los océanos equivalen al peso de 800 veces la Torre Eiffel, o al peso de 14.285 aviones Airbus A380 y ocupan el equivalente de 34 veces la isla de Manhattan, según datos de Greenpeace. Estos residuos son canalizados por las corrientes marinas y han formado concentraciones o islas de plástico de dimensiones enormes; la más grande de ellas se encuentra en el Pacífico Norte (entre la costa de California y Hawái) y es conocida como el “Gran Parche de Basura del Pacífico” (GPGP, por sus siglas en inglés, Great Pacific Garbage Patch). Tiene más de un millón de kilómetros cuadrados, lo que supera la superficie de España, Francia, Alemania juntas.
Aunque la del Pacífico es la isla de basura más grande, no es la única, ya que encontramos una más en ese mismo océano, do en el Atlántico y otra en el Índico. El Mediterráneo está considerado la 6ª zona de mayor acumulación de residuos plásticos. Alberga sólo el 1% de las aguas del mundo, sin embargo, concentra el 7% de los microplásticos (partículas de menos de 5 milímetros de diámetro) del planeta.
De todos los desechos plásticos, un tercio de ellos termina en suelos o masas de agua dulce. Se estima que la contaminación terrestre por microplásticos es de 4 a 23 veces más alta que la marina. Un ejemplo de esto es la contaminación que causan las fibras textiles, al ser retenidas en los lodos de las aguas residuales que, además se utilizan frecuentemente como fertilizantes, lo que se traduce en toneladas de microplásticos depositadas en nuestros suelos.
Comemos, bebemos y respiramos microplásticos
Pero, además de estar presentes en océanos y en la tierra, los microplásticos entran en los seres vivos a través del aire que respiramos y por los alimentos y las bebidas que tomamos. El reciente estudio, “Naturaleza sin plástico: evaluación de la ingestión humana de plásticos presentes en la naturaleza” (elaborado por Dalberg Advisors), basado en un estudio solicitado por WWF y realizado por la Universidad de Newcastle, sugiere que las personas estamos consumiendo alrededor de 2.000 pequeñas piezas de plástico cada semana, aproximadamente 21 gramos al mes, poco más de 250 gramos al año. Esto es el equivalente al peso de una tarjeta de crédito a la semana. El estudio señala que los efectos específicos de la ingestión de microplásicos en la salud humana aún no se conocen con exactitud.
El informe también se hace eco de diversas iniciativas que, tanto empresas como organizaciones, están realizando para recolectar y poner en valor los desechos de plástico de nuestros mares y océanos, como por ejemplo, un gran proyecto que pretende limpiar en 5 años el 50% de la isla de basura del Pacífico. Además, también aporta diversas sugerencias planteadas por expertos, orientadas a proteger el medio ambiente y reducir el consumo de plástico, dirigidas tanto a industrias como a gobiernos y, también, algunas medidas a nivel individual que todas las personas podemos aplicar en nuestro día a día.
Está muy bien esto de limpiar los océanos pero ¿que hacemos con ese plástico después? Nosotros tenemos una solución para ello, lo podemos transformar en petróleo crudo otra vez y así activar una verdadera economía circular. Tenemos un proyecto donde buscamos socios para la limpieza de los mares y de las manchas de plástico. Si desean recibir más información visite nuestra página web http://www.e-zhasyl.com