El proyecto VESA, coordinado por el profesor de Tecnología del Medio Ambiente José Luis García, ofrece también beneficios para la industria aceitunera y las Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales Urbanas.
El 12% de la aceituna procesada se transforma en este tipo de subproductos. Lo que implica una gran cantidad generada en el conjunto del sector, unas 45.000 toneladas en Andalucía y 30.000 en la provincia de Sevilla.
Investigadores de la Universidad de Cádiz, del departamento de Tecnología del Medio Ambiente, pertenecientes al Instituto de Investigación Vitivinícola y Agroalimentaria (IVAGRO), y la Empresa Metropolitana de Abastecimiento y Saneamiento de Aguas de Sevilla (EMASESA), en colaboración con el Instituto Andaluz de Tecnología y la empresa Zonosistem-Ingeniería del Ozono, han puesto en marcha un proyecto de investigación centrado en lograr generar energía a partir de los residuos de la aceituna de mesa, lo que supondría interesantes implicaciones desde el punto de vista del ahorro energético.
El proyecto, titulado Valorización Energética de los Subproductos derivados del procesado de la Aceituna de Mesa: optimización de la biometanización conjunta con lodos de EDAR (VESA), tiene un presupuesto inicial de 220.316 euros financiado por EMASESA (aunque se ha solicitado una ayuda económica parcial a la Corporación Tecnológica de Andalucía, que está a la espera de resolución). Con este trabajo se quiere «desarrollar un sistema para optimizar la digestión anaerobia de subproductos sólidos orgánicos generados en el procesado de la aceituna de mesa, y la producción de biogás en las Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR), a partir de la co-digestión anaeróbica de estos subproductos junto con los lodos de la depuradora, evaluando las posibilidades de mejora mediante un pre-tratamiento con ozono«, como explican los investigadores implicados en este proyecto.
Es importante aclarar que «durante el procesado de la aceituna se produce una gran cantidad de subproductos orgánicos procedentes, sobre todo, de la operación de deshuesado de la aceituna, donde se genera el hueso con su pulpa interior acompañado de otros restos de distintos destríos de aceitunas fuera de especificaciones y una serie de subproductos de carácter orgánico derivados de su producción«. Tras la molturación del hueso y separación de la fracción leñosa de éste, el material es sometido a un post procesado para la separación del aceite lampante. Finalmente, la mezcla de pulpa y simiente resultante tiene un contenido bajo en aceite y un escaso valor. Este subproducto se genera a lo largo de todo el año en este tipo de instalaciones.
En investigaciones previas se estimó que alrededor del 12% de la aceituna procesada se transforma en este tipo de subproductos, lo que implica una gran cantidad generada en el conjunto del sector, unas 45.000 toneladas en Andalucía y 30.000 en la provincia de Sevilla. Un dato importante si se tiene en cuenta que España es el principal productor mundial de aceituna de mesa, ya que sólo en la temporada 2012-2013, produjo 487.000 toneladas, un 20% de lo que se produce en todo el mundo, según datos del Consejo Oleícola Internacional (COI).
Hasta la fecha, los únicos estudios realizados relacionados sobre la posible valorización de estos subproductos fueron realizados en la Universidad de Cádiz por el investigador responsable de este proyecto, José luis García Morales, y se centraron en la posibilidad del aprovechamiento agronómico mediante compostaje, al tratarse de un subproducto orgánico que es capaz de generar un compost con buenas propiedades fertilizantes.
De forma paralela a esto, el tratamiento de las aguas residuales en las estaciones depuradoras produce una gran cantidad de subproductos conocidos como lodos o fangos, que han de ser convenientemente gestionados y que suponen un elevado porcentaje del coste de operación asociados a las depuradoras. En la actualidad, en las cuatro principales EDAR que gestiona EMASESA (Ranilla, San Jerónimo, Tablada y Copero), se emplea un proceso de digestión anaerobia para el tratamiento de los lodos generados y que consigue una reducción de su volumen generado, de la materia orgánica asociada y una producción de biogás, que es aprovechado energéticamente mediante la producción de energía eléctrica y calor para uso propio (cogeneración).
Como su nombre indica, el proceso de digestión anaerobia se produce en unos depósitos denominados digestores, sin la presencia de aire, y en el que una serie de microorganismos utilizan como alimento la materia orgánica presente en los lodos, transformándola, por un lado, en nueva materia celular debido a su crecimiento y, por otro, en una serie subproductos gaseosos, cuya mezcla se denomina biogás, que son posteriormente aprovechados energéticamente.
VENTAJAS DE UNA CO-DIGESTIÓN
Entre las ventajas que presenta llevar a cabo un proceso de co-digestión de ambos residuos se encuentran algunas bastante significativas como la posibilidad de compartir instalaciones de tratamiento, la unificación de metodologías de gestión o la reducción de costes de inversión y explotación. De hecho, hoy en día, se han desarrollado estudios que implican la mezcla de lodos generados en las EDAR con algunos residuos o subproductos orgánicos (sueros lácteos, frutas, etc.) de cara a su digestión anaerobia conjunta (co-digestión), con una mejora sustancial, en algunos casos, en la generación de biogás en el proceso. Sin embargo, no existen referencias de experiencias con residuos procedentes de la aceituna de mesa.
En una primera fase de este proyecto, «llevaremos a cabo diversos ensayos en los laboratorios que nuestro grupo de investigación (TEP-181) tiene en la Facultad de Ciencias del Mar y Ambientales de la UCA, para determinar los parámetros óptimos de operación. Tras ello, los ensayos se llevarán a cabo en una planta piloto situada en las instalaciones de EMASESA en la EDAR Copero, que puede ser necesario acondicionar para el correcto desarrollo del proyecto«, como explica el profesor García Morales.
En el desarrollo de este estudio se persigue evaluar la viabilidad de este tratamiento y su tecnología, para determinar los parámetros óptimos de funcionamiento, de forma que se posibilite su posible escalado a nivel industrial.
BENEFICIOS DEL PROYECTO VESA
Para las EDAR, el beneficio principal es el incremento de la producción de biogás, lo que asimismo repercutiría en un aumento de la producción de energía eléctrica y por tanto, un incremento del grado de autoabastecimiento energético de la empresa. Además, hay también que considerar el impacto positivo que tendría el proceso de co-digestión en las características del digerido obtenido y su posible aplicación agrícola posterior.
Desde el punto de vista ambiental, se ofrece una solución alternativa al problema generado por la elevada producción de los subproductos procedentes de la aceituna de mesa, con una elevada carga orgánica. Asimismo, hay que considerar el posible factor positivo para las industrias aceituneras, ya que podría evitar que las empresas deban disponer en determinadas circunstancias de plantas propias de tratamiento para este tipo de subproductos.
De igual forma, con este trabajo se podrán minimizar otro tipo de posibles impactos ambientales (olores, lixiviados, etc.) de una gestión alternativa mediante su almacenamiento en las instalaciones industriales y, asimismo, se disminuiría la incidencia de una gestión inadecuada de los mismos con una posible afección a los cauces receptores.
Fotografía de portada:
Flickr Matias Garabedian (cc)