Los investigadores han optado por aprovechar este residuo al ser fácilmente recuperable antes de que llegue a los vertederos.
Una de las mayores deficiencias en la vivienda en México, sobre todo en la región noreste del país, es el confort, específicamente en lo que se refiere al aislamiento térmico, ya que suele construirse con materiales que no son los más adecuados para esa función.
De ahí surge el interés de la Célula de Incubación SIDCA, encabezada por Luis Alejandro Arcos, alumno del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, para trabajar con un material procedente de productos de desecho o posconsumo que se pueda convertir en aislante térmico, especialmente para viviendas de un nivel socioeconómico bajo, que es donde existe mayor vulnerabilidad.
“La basura es un recurso muy importante que se puede convertir en riqueza”, comenta el doctor Pedro Pacheco, tutor responsable de SIDCA, quien junto a Luis Alejandro Arcos Garza, líder del proyecto, destacan que en las exploraciones bibliográficas y de campo que han realizado, se descubrió que existe una gran cantidad de residuos que pueden utilizarse como materiales de construcción.
En su proyecto, SIDCA promueve la idea de diseñar y construir espacios habitables dignos y accesibles para todos. “La idea es crear un producto para el segmento de la población que se encuentra en la base de la pirámide”, agrega Luis Alejandro Arcos, quien en sus estudios de la maestría de Diseño Industrial e Innovación de Productos (MDL) enfoca sus investigaciones hacia el proceso de aislamiento realizado a través de desechos posconsumo de la celulosa y otros agregados.
“En este momento, el producto y la empresa están en etapa de exploración y gestación, y estamos realizando pruebas de laboratorio y prototipos uno a uno. Ya hemos analizado diversos materiales con los que se podría desarrollar el producto, y el papel periódico es una de las mejores opciones ya que se puede recolectar fácilmente antes de llegar a basureros municipales. Actualmente estamos transfiriendo estos conocimientos a un modelo de negocio como SIDCA”, explica.
Revolucionar el diseño
Uno de los objetivos que se examinan con la consolidación de este proyecto es crear una revolución en el diseño. “Los diseñadores mexicanos estamos muy acostumbrados a consumir diseño y productos del exterior. Tenemos que creernos y sentirnos campeones como diseñadores, saber que podemos desarrollar productos y servicios rentables y ambientalmente amigables que sean apropiados especialmente para la base de la pirámide”, menciona el doctor Pacheco.
“Queremos demostrar que sí hay interés por hacer aportaciones a la economía de los grupos marginados o vulnerables, porque hay un nicho importante para el desarrollo personal y profesional de nuestros egresados”, añade.
Otro importante objetivo de SIDCA es romper con el ciclo lineal que actualmente tiene la industria de la construcción, en donde se extrae la materia prima, se transforma, se realiza el producto, se instala, y al final de su ciclo de vida, se destruye o demuele, terminando como basura que no se vuelve a reutilizar.
“Con el producto aislante conformado en paneles y aprovechando la cultura de la autoconstrucción, el consumidor final puede realizar el trabajo, evitando pagar mano de obra para su instalación. Además el producto se puede utilizar por tiempo indefinido, y en caso de que así se requiera, se puede deconstruir quitando los paneles para posteriormente reutilizarlos”, concluye Alejandro Arcos.
Entre las ventajas competitivas de SIDCA están el diseño arquitectónico, la innovación en productos, la prefabricación, la accesibilidad económica y el ensamble y tiempo de autoconstrucción.