Investigadores venezolanos han mezclado este subproducto con otros metales y han obtenido un nanocompuesto que puede ser utilizado para elaborar productos con mayor resistencia mecánica.
Investigadores del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic) están trabajando en el aprovechamiento de la escoria, un subproducto del aluminio que se genera en grandes cantidades debido a los diversos procesos que ocasiona la refinación de este metal.
El especialista Rafael Villalba, profesional asociado a la Investigación del Centro de Ingeniería de Materiales y Nanotecnología del Ivic, detalló que con el uso de una novedosa metodología, podrán reaprovechar dicho residuo metalúrgico con resultados positivos, tanto en lo económico como en el aspecto ambiental.
Mediante un proceso de aleación mecánica, el grupo de investigación ha mezclado la escoria con otros metales y ha logrado obtener un nanocompuesto que puede ser utilizado para elaborar productos con mayor resistencia mecánica que podría ser empleado en la industria metalmecánica y otras.
Los ensayos se encuentran en fase de sinterización del material. Una vez culminado ese proceso, se harán las pruebas mecánicas que determinarán la factibilidad de uso de este subproducto metalúrgico.
“La meta es escalar este producto, al punto que cada industria del aluminio pueda procesar y transformar la escoria añadiéndole valor agregado, lo que no sólo incrementará sus ingresos monetarios sino que también reducirá considerablemente el impacto ambiental que éstas montañas de desechos ocasionan a la atmósfera y los suelos”, puntualizó Villalba.
Villalba, quien desde hace más de un año dirige el proyecto: “Utilización de la escoria de la industria del aluminio para la producción de nuevos materiales con aplicaciones tecnológicas”, recordó que Venezuela cuenta con abundantes reservas de Bauxita –materia prima de la que se obtiene la alúmina y, del procesamiento de ésta, el aluminio– localizadas en el estado Bolívar.
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