Un trabajo de la UN pretende desarrollar un reactor con el que obtener concentraciones elevadas de etanol y reducir así los costes operativos de forma considerable.
Como la biomasa generalmente no tiene azúcares y el alcohol solo puede producirse a partir de ellos, en el Laboratorio de Intensificación de Procesos y Sistemas Híbridos de la Universidad Nacional de Colombia (UN), Sede Manizales, se investiga la construcción de moléculas de la madera que tengan contenidos superiores de azúcares, de modo que puedan ser utilizadas para la producción de alcohol.
“Nos encontramos en la primera parte del proceso, que consiste en tomar residuos de madera y convertirlos en azúcares, los cuales pueden ser transformados en alcohol, en una segunda etapa”, explica Javier Fontalvo, director del laboratorio y asesor de proyectos.
El estudiante alemán Michel Pratz es el encargado de estudiar el proceso mediante el cual se podría obtener alcohol a partir de estos biorresiduos. “Ya que los combustibles fósiles se están agotando en el planeta, hay un gran interés en Europa y Latinoamérica por generar biocombustible a partir de residuos vegetales”, indica el investigador.
Algunos de los problemas que se tienen con los reactores convencionales es que las concentraciones de azúcar que se obtienen son muy bajas. Para esta investigación, se utiliza un reactor especial de poco uso en los procesos de hidrólisis.
La hidrólisis es una reacción química entre una molécula de agua y otra molécula, en la cual el agua se divide y sus átomos pasan a formar parte de otra especie química.
“En los tipos de reactores comunes por lotes y continuos, la concentración de azúcares producida es muy baja y como después hay que fermentar, a baja producción, la concentración de etanol va a ser igualmente baja”, amplía el profesor Fontalvo.
Esta situación genera el incremento en los costos operativos, por lo que Pratz trabaja en un nuevo reactor, del cual se espera obtener concentraciones más elevadas para reducir considerablemente costos operativos. “Si está más concentrado el etanol, hay que remover menos agua, lo que implica menos energía”, agrega.
Transformación de la biomasa
El primer paso para producir alcohol es activar la biomasa y convertirla en azúcar, por lo que se está probando la madera de plátano para ver cómo funciona y qué cantidad se puede extraer.
“Al caracterizar la materia y calcular la cantidad de azúcar que puede resultar, se utiliza el reactor para producirla a partir de diferentes ingredientes”, agrega Pratz.
Brasil es uno de los principales exponentes en la producción y utilización de biocombustibles para la conducción de automóviles. Con esta tecnología, se podría obtener energía de la mayoría de los residuos de las cosechas.
Michel Pratz lleva aproximadamente cuatro meses estudiando el proyecto junto al profesor Fontalvo, con quien se contactó desde la Universidad Técnica de Dresden en Alemania. Escogió este proyecto entre varias investigaciones debido a su interés por los procesos de hidrólisis, que también se trabajan en su país.