Con una superficie de 25 hectáreas, el vertedero alberga unos dos millones de metros cúbicos de residuos, algunos de ellos extremadamente peligrosos.
Funcionarios e ingenieros del ejército italiano han comenzado a excavar en una zona de la región de Caserta (provincia de Campania) lo que creen que es el mayor vertedero ilegal de Europa. Con una superficie aproximada de 25 hectáreas –el equivalente a unos 30 campos de fútbol– alberga un volumen de dos millones de metros cúbicos de residuos.
Todo tipo de desechos, desde productos químicos y plásticos a residuos de construcción y demolición han sido enterrados en esta zona. Se han encontrado bidones deteriorados con restos de disolventes, pinturas e hidrocarburos.
Los residuos están presentes en la superficie, aunque llegan a profundidades de 8 o 9 metros. Ya están bajo investigación al menos diez personas, la mayoría propietarios de los terrenos.
Sergio Costa, de la policía regional de medio ambiente, afirmó que se encontraron restos de residuos en la superficie, algunos de ellos inflamables, procedentes de los contenedores enterrados. Según explicó el comandante regional del Servicio Forestal, se trata de residuos excepcionalmente peligrosos, con unos costes de tratamiento muy elevados, por lo que sus responsables decidieron depositarlos allí en lugar de eliminarlos de una forma correcta.
El caso fue denunciado hace cerca de un año por un periodista local, que actualmente se encuentra bajo custodia tras sufrir una serie de amenazas por parte de la Camorra napolitana.
Los expertos de la Comisión de Residuos M5S han recibido con pesar las noticias procedentes de la provincia de Caserta: «El trabajo de investigación llevado a cabo por el valiente periodista Salvatore Minieri hace más de un año confirmó una imagen de pesadilla. Es una locura que podemos matar de esta forma una tierra rica y fértil. Bajo la nueva ley de delitos ambientales hay que buscar y juzgar severamente a los culpables. Si este es vertedero más grande de Europa, […] deben desplegarse todas las fuerzas para desactivar esta bomba de relojería ecológica y vamos a hacer todo lo necesario para ayudar en el plano político y arrojar luz”.
Los vecinos de la zona, exigen ahora una investigación completa sobre qué tipo de residuos han sido enterrados y el riesgo que pueden ocasionar a la salud.
Fuentes:
Fundación para la Economía Circular
Corriere del Mezzogiorno
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