La formación propone el sistema de “higienización activa continua” de residuos, que “hace innecesario el vertido al tiempo que transforma la fracción resto en nueva materia prima”.
Medioambientalmente sostenible, más barata y con mayor capacidad de generación de empleo. Así resumía el coordinador general de Izquierda Unida Asturias, Manuel González Orviz, la propuesta de su formación frente a la incineradora de residuos que propone el Gobierno del PSOE, con el apoyo del PP, para la gestión de residuos en Asturias. Se trata del “método de higienización activa continua”, que en vez de quemar la fracción resto de las basuras supone convertir esos residuos en “materia prima”, como biomasa –la procedente de los biorresiduos-, metal e incluso como base para biodiésel, en el caso de los envases plásticos.
El método –similar al que ya funciona en el municipio madrileño de Rivas-Vaciamadrid–, supondría, en números redondos, una inversión de 97 millones de euros, muy por debajo de los aproximadamente 250 millones estimados para la construcción de la incineradora.
Según González Orviz, esta alternativa supone una clara mejora no solo para los cuatro municipios directamente afectados por el proyecto de la incineradora (Corvera, Gijón Carreño y Llanera), sino para toda Asturias. Para el coordinador de IU, la propuesta supone abordar la gestión de “con visión y tecnología del siglo XXI”.
La presentación del proyecto fue realizada por el concejal de Carreño y técnico en residuos Ángel García Vega, quien recalcó que esta tecnología permite un tratamiento de los residuos que les da valor añadido, al tiempo que es respetuoso con el medio ambiente: “No contamina, es tecnología cien por cien limpia y se puede ubicar en cualquier concejo si es que hubiese necesidad de descentralizar el tratamiento”.
En cuanto al tratamiento, es sencillo. Los residuos pasan por un proceso de higienización termodinámico –a razón de 5 toneladas por hora– donde son “limpiados” con vapor de agua a 130 grados centígrados durante 40 minutos, tras lo que sale un material estéril “limpio, puro, sin olores y fácilmente manejable”, explicó García Vega.
Reducción, reutilización y reciclaje
La capacidad de la incineradora proyectada por el Gobierno es de 320.000 toneladas de residuos, lo que a juicio de IU supone “desaprovechar su valor como materia prima y con el impacto que la incineración supone tanto en costes como en su repercusión medioambiental”. Por el contrario, aseguran que su propuesta “mantiene como principios las tres R de la gestión de residuos (reducción, reutilización y reciclaje), al tiempo que se elimina el vertedero y la incineración”.
Y a las ventajas medioambientales se sumarían, según García Vega, las laborales, ya que frente a los 40 empleos que se requerirían para la incineradora, el método de higienización continua generaría 144 puestos de trabajo. Además se eliminaría la necesidad de colocar en las calles un nuevo contenedor adicional para biorresiduos (materia orgánica), “puesto que el sistema ya permite su adecuado tratamiento”.