La confederación europea del reciclaje y Municipal Waste Europe advierten de que la crisis del sector de la clasificación y el reciclado de textiles podría desencadenar un efecto dominó.
La industria europea de la clasificación y el reciclaje de textiles atraviesa actualmente una crisis sin precedentes, aún más importante que durante la pandemia de Covid-19, según alertan la confederación europea del reciclaje, EuRIC, y Municipal Waste Europe, en un comunicado conjunto. El sector, aseguran, está sometido a una inmensa presión debido a varias perturbaciones mundiales, como la guerra en Ucrania, los retos logísticos en África y el auge de la moda ultrarrápida.
Como consecuencia, hay un exceso de oferta de textiles usados y un fuerte descenso de la demanda de los mercados de exportación tradicionales. El comercio de textiles usados entre la UE y terceros países se redujo de 464.993 toneladas en 2022 a 430.185 toneladas en 2023. Si nos fijamos solo en Alemania, las exportaciones de textiles usados a Ghana (uno de los principales mercados de exportación de Europa) han disminuido de 7.911 toneladas en 2020 a 4.533 toneladas en 2023. Además, la demanda de materiales reciclados sigue siendo baja: el algodón reciclado tenía un volumen de producción estimado de 319.000 toneladas en 2023 (en comparación con 24,4 millones de toneladas de algodón virgen) a nivel mundial.
En consecuencia, los precios de los textiles de segunda mano han caído en picado, mientras que los costes de recogida, clasificación y reciclaje se han disparado. Desde la primavera de 2024, los precios de las prendas de segunda mano clasificadas ya no cubren los costes de procesamiento, lo que provoca importantes problemas de liquidez a los operadores de clasificación. Y los almacenes se están saturando, lo que aumenta el riesgo de que los residuos textiles sean incinerados.
Por ello, ambas organizaciones sectoriales en pedido a la UE que anime a los Estados miembros a rebajar el IVA de las actividades de reparación, reutilización y reciclado de textiles, en el marco de la actual Directiva del IVA, y que explore la posibilidad de introducir un impuesto sobre los nuevos materiales derivados del petróleo. Estas medidas, si se adoptan a escala nacional, incentivarían el uso de materiales reciclados y reducirían el impacto medioambiental de la producción de textiles vírgenes.
Es probable que esta situación aumente los costes de procesamiento para los municipios, lo que podría traducirse en un aumento de las tasas de eliminación de residuos para los residentes, con el temor de que los textiles se arrojen en su lugar a la basura residual. Los agentes posteriores de la cadena de reciclado, como las fábricas de rasgado e hilado, también están sufriendo la presión, lo que ha provocado importantes recortes de personal.
Para evitar quiebras generalizadas, EuRIC y MWE consideran esencial un apoyo financiero y legislativo inmediato. Se necesitan, aseguran, incentivos financieros a corto plazo para las empresas de la UE que contribuyan de forma significativa a una cadena textil circular sostenible, con el fin de salvaguardar la industria del colapso. La inversión en tecnologías e infraestructuras de reciclaje, junto con el apoyo específico a los municipios que se enfrentan al estancamiento de los residuos textiles, es crucial.
Por ello, instan a la UE a facilitar las asociaciones público-privadas para fomentar la innovación en el reciclaje textil y ampliar las tecnologías de reciclaje. Esto ayudaría a aumentar la capacidad de Europa para procesar los residuos textiles de forma sostenible y eficiente. También creen imperativa una rápida revisión de la Directiva Marco de Residuos (DMR) y una rápida aplicación de los sistemas de Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP).
A medio plazo, los esfuerzos deben centrarse en hacer competitivo el sector de la reutilización y el reciclaje de textiles, en consonancia con la ambición de la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, de una economía circular competitiva y fuerte (a través de un futuro Acuerdo Industrial Limpio y una Ley de Economía Circular).
Para alcanzar esta ambición, la UE necesita aumentar la demanda de textiles reciclados, ampliar la capacidad de reciclaje y promover el uso de materiales sostenibles a través de los próximos requisitos de diseño ecológico. En este sentido, desde EuRIC piden la inclusión obligatoria de un porcentaje de contenido textil reciclado (preferiblemente de textiles posconsumo) en todos los nuevos productos textiles comercializados en la UE, con una trayectoria clara para aumentar este porcentaje en los próximos años.
«Sin una acción urgente, Europa se arriesga a socavar sus objetivos climáticos y a poner en peligro el futuro de su industria de clasificación y reciclaje de textiles», concluyen.