Enmarcada en la campaña Generation Awake, la Guía de Consumo ofrece sencillos consejos y recomendaciones para la vida cotidiana.
Reflexionar sobre nuestras decisiones como consumidores y tomar conciencia de las consecuencias que estas tienen sobre los recursos naturales del planeta; este es uno de los objetivos de la Campaña «Generation Awake», impulsada por la Comisión Europea. Una de las numerosas herramientas que aporta esta campaña de concienciación es una Guía de Consumo, que ofrece consejos sobre lo que podemos hacer en nuestra vida diaria para ahorrar y reutilizar recursos como el agua, la energía o la madera, y evitar la generación de residuos.
La propuesta de las 3R –Reducir los residuos que generamos, Reutilizar los objetos que aún sirven y Reciclar aquello que ha dejado de ser útil– nos permite no sólo ahorrar recursos naturales sino también dinero. Para ello, es necesario aprender a utilizar los recursos de forma diferente, sustituir la cultura de usar y tirar por la de la reutilización, aportándoles más valor y reduciendo los residuos. Se trata de pasar de consumidores a usuarios.
La economía circular, pilar fundamental sobre el que se apoya esta campaña, apuesta por un sistema a través del cual se puedan conseguir más cosas con menos materias primas, reduciendo el impacto en la naturaleza y gestionando los residuos como recursos; un modelo que además de ofrece oportunidades de crecimiento y creación de empleo en sectores como la silvicultura, la gestión de recursos naturales o las ecoindustrias (servicios y productos ecológicos), entre otros muchos, que representan alrededor del 2,5% del PIB de la UE y han crecido un 8% en los últimos 10 años, demostrando ser más resistentes a la crisis económica.
Consejos y recomendaciones
La calidad del aire, uno de los elementos esenciales para la vida, se ha ido deteriorando debido a la emisión de gases que provocan el efecto invernadero. Utilizar la bici en vez del coche reduce considerablemente las cantidades emitidas de CO2. También trabajar desde casa supone un ahorro de recursos, pero es cierto que no siempre es posible. En este caso, apostando por el transporte público ahorraremos combustible y evitaremos emisiones de gases.
El agua es nuestro recurso natural por excelencia. Sin embargo, no es infinito. Y su distribución en el planeta no es homogénea; en unas zonas abunda y en otras escasea. Ante la predicción de una mayor escasez y un aumento de la demanda del agua potable en el futuro, es labor de todos utilizarla de una manera más eficaz. Cerrar el grifo mientras fregamos o nos lavamos los dientes, la ducha en lugar del baño, controlar la cantidad y temperatura del agua que usamos con accesorios que reducen el caudal, o no tirar residuos contaminantes por los desagües, son algunas medidas fáciles de tomar.
Los minerales son otras de las materias primas que están presentes en nuestra vida diaria. El móvil, la cama o las joyas están compuestos por minerales cuya extracción supone un coste tanto para los seres humanos –por la explotación laboral que en muchos casos conlleva– como para el medio ambiente. Para reducir este impacto en la naturaleza hay que comprar lo que realmente sea necesario.
Otro de los recursos que recoge la guía es la energía. Nuestra sociedad depende demasiado de las fuentes de energía no renovables, como el petróleo y el gas, por lo que tenemos que buscar maneras de incorporar a nuestra vida cotidiana fuentes renovables, como la energía solar o la eólica. Además, debemos emplearlas de manera más eficiente, evitando su desperdicio. Apagar las luces al salir de la habitación, usar bombillas de bajo consumo o bajar la calefacción son algunas acciones que apenas conllevan esfuerzo y, sin embargo, suponen una mejora en el uso de los recursos, al tiempo que benefician a nuestra economía.
En definitiva, la Guía nos ofrece un amplio abanico de formas de utilizar los recursos, contribuyendo a salvaguardar el medio ambiente.