Elena Santamaría García
Responsable de Sostenibilidad en
SinCeO2, Consultoría Energética, S.L.
Controlar y gestionar la energía es un requisito imprescindible en una organización para la reducción de costes económicos derivados de la energía. Este aspecto adquiere gran importancia en instalaciones de tratamiento de residuos.
La reducción de la generación de residuos en los últimos años debido a la coyuntura económica actual, ha hecho que estas plantas hayan tenido que ajustar su consumo energético según su dimensionamiento y la cantidad de residuos que tratan en la actualidad.
Por otro lado, la próxima transposición de la Directiva Europea de Eficiencia Energética a la normativa española, establece que determinadas empresas controlen sus consumos energéticos de manera sistemática, consiguiendo una mejor gestión de sus costes.
ISO 50001, particularidad de un novedoso instrumento de gestión
La norma internacional sobre sistemas de gestión energética, la UNE-EN ISO 50001, es una herramienta que se está empezando a demandar en actividades relacionadas con el tratamiento de residuos, con el objeto de gestionar óptimamente su consumo energético respecto a la cantidad de residuos tratados y conseguir plantas más competitivas.
Esta norma marca las pautas para un control y gestión de la energía consumida en el procesado de los residuos. Además, es aplicable a plantas que generan energía a través de la valorización energética de los residuos.
La implantación de la ISO 50001 permitiría grandes ahorros económicos y energéticos en este tipo de plantas, ya que el beneficio de estas instalaciones repercute en tratar residuos al menor coste posible.
La estructura de la ISO 50001 supone el mismo ciclo de mejora continua que una ISO 14001 e ISO 9001. Por ello, es fácilmente integrable en un sistema de gestión existente de calidad y medio ambiente, reduciendo así el tiempo y los costes de implantación y certificación.
La diferencia de la norma de energía respecto a sus homólogas es su carácter técnico. Esta norma realiza un análisis energético de las instalaciones analizando su uso y consumo de la energía e incidiendo en los consumos energéticos significativos. Recalca la importancia de las mediciones y la toma de datos para realizar este estudio energético. Además, identifica las fuentes de energía y los factores que influyen en el consumo energético. El objeto de este análisis inicial es la identificación de oportunidades de mejora de ahorro y eficiencia energética para establecer unos objetivos y metas en un plan de acción.
Dentro de la planificación energética, se debe establecer una o varias líneas base energéticas e indicadores de desempeño energético (IDEn) para conocer la evolución del consumo energético y la repercusión de los ahorros de las mejoras establecidas en el plan de acción. Una vez más, hace hincapié en la medición para el control y seguimiento de los consumos energéticos y requiere que las compras y servicios sean evaluados con criterios de eficiencia energética.
El proceso de implantación es similar al resto de normas ISO. Exige una política energética, identificación y evaluación de requisitos legales, una comunicación, formación al personal que esté relacionado con el desempeño energético de la organización, un control operacional de la instalación considerando criterios de gestión y eficiencia energética, etc.
Al igual que otros sistemas de gestión, debe estar documentado, registrado y se deben realizar revisiones por la dirección y auditorías internas periódicamente.
Esta norma puede ser certificada por una empresa independiente para validar su conformidad.
Transposición de la Directiva de Eficiencia Energética y la ISO 50001
La Directiva de Eficiencia Energética (UE/27/2012) fue publicada en noviembre del 2012, y actualmente se está trabajando para su transposición al ordenamiento jurídico español, que debe ser aprobada en junio de 2014. La Directiva establece que aquellas empresas no pymes deben realizar auditorías energéticas mínimo cada cuatro años –las primeras antes de diciembre de 2015– por agentes independientes. O bien, tener certificado un sistema de gestión energética o ambiental con una auditoría energética conforme a los criterios mínimos basados por la Directiva.
Actualmente, el único Sistema de Gestión certificable es en base a la ISO 50001.
A parte de anticiparse a los nuevos cambios normativos, la implantación de la ISO 50001 en plantas de tratamiento de residuos supone otros beneficios:
- Reducción del consumo energético por residuo tratado.
- Mejoras competitivas y de imagen.
- Condición obligatoria en la participación de algunos concursos públicos de la administración o la obtención de puntos en la valoración de los mismos.
- Mejora de la eficiencia energética en los hábitos de trabajo.
- Complemento a la actividad ambiental que suponen las plantas de tratamiento de gestión de residuos.
- Fomento de innovación tecnológica en instalaciones de gestión de residuos.
- Reducción de la huella de carbono de estas plantas.
- La mejora continua en su política de Responsabilidad Social Corporativa.
Más información:
http://www.sinceo2.com/es/gestion-energetica/iso50001.html