Tras tocar fondo en 2012 como consecuencia de la crisis y el descenso en el consumo, la recogida selectiva de papel y cartón se recupera muy ligeramente, aunque el volumen total continúa en números rojos.
Según datos hechos públicos por la Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón (ASPAPEL), organización profesional de ámbito estatal que agrupa al 90% de las empresas de producción del sector de la celulosa y papel, la recogida selectiva de este material ha iniciado una tímida recuperación en el 2013 tras varios años encadenados de bajada como consecuencia de la crisis económica, que se tradujo en un menor consumo de papel hasta situarse en niveles de 1998. Sin embargo, y a pesar de consumir la misma cantidad que hace 15 años, en 2013 se recogió en nuestro país un 60% más de papel usado para reciclar.
A pesar de que la recuperación de este material continúa en números rojos, el año pasado se recogieron un total de 4.266.300 toneladas de papel y cartón, lo que representa más del 70% del consumo total.
Concretamente, en el conjunto del país la recogida selectiva municipal (contenedor azul, puntos limpios y puerta a puerta) descendió en 2013 el 8%, mejorando en dos puntos porcentuales los datos del año anterior.
Con una media nacional de recogida de 16 kilos por habitante en 2013, si atendemos a la evolución presentada por las comunidades autónomas, País Vasco, Navarra y Baleares siguen liderando el ránking, con 34, 33 y 32 kilos, por habitante recogidos respectivamente. No obstante, en prácticamente todas las comunidades autónomas desciende; solo en la ciudad autónoma de Ceuta crece un 4% y en Extremadura se mantiene.
El contenedor azul
El contenedor azul se destina a acoger los residuos de papel y cartón, esto es, periódicos, libros y revistas, cuadernos (sin anillas, grapas ni alambres), papel de envolver, folios usados y cartulinas, cajas de cartón, cartones de huevos y acolchado de embalajes (cuando sea de papel o cartón), resultando conveniente plegar las cajas para ahorrar espacio en el recipiente.
La calidad resulta fundamental en el ciclo del reciclaje de papel, desde el mismo momento de la recogida hasta su llegada a la industria transformadora. Un papel limpio, no contaminado por otros residuos (restos de alimentos y bebidas) y libre de materiales tales como plásticos y metales, asegura su reciclado, mejora el funcionamiento del ciclo de recuperación y permite disminuir el vertido.
Por est emotivo, es importante tener en cuenta que los papeles de calco, los briks de leche, zumo o vino, así como el papel y cartón con restos de grasa no deben depositarse en este contenedor, pues dificultan su posterior reciclaje.