Diversas organizaciones ambientales advierten de que objetivo de reducción de la contaminación por microplásticos será imposible de cumplir si no se mejora la propuesta presentada por la ECHA a la Comisión Europea.
Los planes de la UE para impedir que las empresas añadan microplásticos a los productos tienen importantes lagunas que mantendrán la contaminación en el medio ambiente durante casi una década y favorecerán a los plásticos biodegradables de eficacia no demostrada, según advierten organizaciones ecologistas.
La Comisión Europea se ha comprometido a prohibir los microplásticos en los cosméticos, las pinturas, los detergentes y algunos productos agrícolas y médicos, entre otros, para evitar que 500.000 toneladas de estas micropartículas contaminen sobre todo ríos y mares. El proceso legal avanzó el pasado 23 de febrero, cuando la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA) presentó una propuesta detallada a la Comisión. Se espera que la restricción legal se convierta en ley el próximo año.
Sin embargo, según la alianza de grupos ecologistas Rethink Plastic, las presiones de la industria han devenido en una propuesta que tiene importantes lagunas. Así, algunos sectores podrían disponer de hasta 8 años para abandonar el uso de microplásticos, mientras que algunos microplásticos denominados «biodegradables», pese a que no han demostrado degradarse en el medio ambiente, podrían escapar a la prohibición. Los ecologistas creen que el objetivo de 500.000 toneladas será imposible de alcanzar a menos que se mejore la propuesta.
Elise Vitali, responsable de la política de productos químicos de la Oficina Europea de Medio Ambiente, afirma que «la contaminación por microplásticos está en todas partes: en nuestra agua potable, en nuestros campos, llenando el aire de las ciudades e incluso dentro de nuestros cuerpos. La UE hace bien en aprovechar su reputación de lucha contra la contaminación por plásticos con esta nueva prohibición. Pero debe evitar desviarse por las lagunas legales patrocinadas por la industria. Queremos una restricción rápida y amplia, sin luz verde para el plástico biodegradable no probado».
Por su parte, Hélène Duguy, abogada especializada en productos químicos de ClientEarth, recuerda que «la UE prometió cerrar el grifo de la contaminación por microplásticos. Por ejemplo, las canchas deportivas son una fuente gigantesca de contaminación por microplásticos y ahora le corresponde a la Comisión asegurarse de que se prohíba por completo. En lo que respecta a los cosméticos -otra fuente bien conocida de esta contaminación- la Comisión debe rechazar la propuesta indulgente que daría a la industria cosmética vía libre para continuar como siempre hasta 2028, incluso cuando hay alternativas disponibles».
La contaminación por microplásticos es ya irreversible y causa un daño considerable al medio ambiente, con posibles consecuencias graves para los seres humanos. Los asesores científicos de la UE han reconocido que los microplásticos suponen un riesgo inaceptable que justifica una prohibición total.
Los grupos ecologistas instan por ello a la Comisión a adoptar una restricción amplia que abarque todos los microplásticos en todos los sectores y aplicaciones.
La propuesta está ahora en manos del departamento de industria de la Comisión, que no siempre ha mostrado ambición en la política de productos químicos, según afirman las ONG. La Comisión tiene hasta el próximo mes de mayo para redactar el texto de restricción, que luego se someterá a la votación de los expertos de los Estados miembros. El Parlamento Europeo y el Consejo de Ministros tienen entonces tres meses para oponerse, pero rara vez lo hacen.