La ciudad nórdica puso en marcha a comienzos de mes un proyecto piloto que incluía la instauración de un sistema de reciclaje con recompensa de residuos textiles.
El depósito textil es un proyecto experimental puesto en marcha por la ciudad finlandesa de Lahti para ver si pequeños incentivos, en este caso proporcionados por la ciudad, podrían tener un efecto positivo en la tasa de reciclado de residuos textiles, que actualmente es uno de los tipos de residuos que menos se reciclan.
Salpakierto, empresa municipal que se encarga de la gestión de residuos en la región de Lahti, cuenta actualmente con seis puntos de recogida de residuos textiles. En 2023, estos contenedores han recogido una media de 420 kg de textiles a la semana, lo que supone una media de 70 kg por punto de recogida. Pero desde la instauración del sistema de Depósito Textil, el resultado semanal de un solo punto de recogida fue de 350 kg de textiles, lo que supone cinco veces la cantidad anterior.
«El Depósito Textil ha sido un éxito arrollador. Los resultados que hemos visto son una señal positiva para los incentivos sistémicos al reciclaje. Un sistema nacional de reciclaje de textiles basado en el depósito podría dar un impulso significativo a la tasa de reciclaje. En Finlandia, lo hemos visto con las botellas y las latas de bebidas, cuya tasa de reciclado supera con creces el 90%: ¿podría aplicarse este tipo de incentivos de forma generalizada?», afirma Veera Hämäläinen, directora de Comunicación de la ciudad de Lahti.
Como ciudad reconocida por su preocupación por el medio ambiente y Capital Verde Europea 2021, Lahti se ha fijado el objetivo oficial de convertirse en una ciudad con cero residuos para 2050. El Depósito Textil es un ejemplo de innovación cotidiana cuyo objetivo directo es reducir la cantidad de residuos. En el proyecto piloto, los vecinos podían canjear sus residuos textiles por vales para cafeterías y pases para la piscina local.
Finlandia dio un paso hacia la economía circular de los textiles a principios de año, con la entrada en vigor de una nueva ley que obliga a las ciudades y municipios a poner a disposición de la ciudadanía contenedores de recogida selectiva de residuos textiles. Esta hace posible que la ropa y los textiles domésticos desechados se reutilicen como fibra reciclada. La recogida selectiva de residuos textiles se extenderá a toda la UE de aquí a 2025.
La cuestión de los residuos textiles es a la vez un gran problema y una gran oportunidad: El europeo medio tira 11 kg de textiles al año, mientras que en todo el mundo se deposita en vertederos o se incinera un camión cargado de textiles cada segundo. Según un informe de McKinsey & Company, el reciclado de fibra a fibra a escala podría lograrse en 2030, creando una industria circular nueva y sostenible en Europa.