El Área de Revalorización de Restos Vegetales aprovecha cada año entre 3.000 y 4.000 toneladas de residuos de poda para generar compost de calidad con el que abonar sus palmerales y zonas verdes.
El Área de Revalorización de Restos Vegetales de Las Palmas de Gran Canaria, situada en El Lasso, generó entre octubre de 2013 y diciembre de 2014 un total de 1.950 m³ de compost, destinado a las zonas verdes y palmerales de la ciudad.
Este espacio, que reutiliza entre 3.000 y 4.000 toneladas de restos vegetales cada año, permite que una vez convertidos en compost sean utilizados como abono, con el ahorro que supone en términos económicos y medioambientales, ya que se le da una segunda vida útil a los restos de las poda que de forma programada se hacen durante el año en la ciudad.
El Área de Revalorización de Restos Vegetales es un espacio único por sus características en Gran Canaria, con una superficie de 4.500 metros cuadrados, a donde van a parar los restos vegetales que genera la ciudad, mayoritariamente de Ficus (Ficus Benjamina), Fambloyán (Delonix Regia) y Falso Pimentero (Schinus molle).
Tras su llegada al centro, estos residuos son sometidos a un proceso que, tras 5 o 6 meses de duración, los convierte en un abono de primera calidad. En el período analizado, un total de 300 camiones del Servicio de Parques y Jardines descargaron los restos de poda en esta planta, en la que actualmente hay 550 m³ de compost, distribuido en ocho pilas.
Proceso de compostaje
El proceso de compostaje comienza con la recepción de los restos de poda y siegas de césped, que son desplazados hasta un área de 1.100 m² donde se acumulan y preseleccionan, además de eliminar restos inservibles y posibles trozos de madera demasiados grandes; los restos pasan por una máquina trituradora, con capacidad para procesar 40 m³ de producto cada hora.
El material triturado se mezcla en una proporción 3/1 (3 de restos de poda triturada, 1 de siega de césped) y se acumula formando pilas de material, en capas de 20-25 centímetros, hasta un máximo de entre 30 y 40 pilas. Una vez recubiertas con una malla antihierba, estas son sometidas a un proceso de fermentación.
El proceso completo hasta conseguir un compost maduro puede extenderse entre 5 y 6 meses, en los que la pila de restos materiales, que debe ser regada de forma periódica, alcanza temperaturas de hasta 65 grados, por lo que será necesario voltear la pila y regarla de forma periódica.
El proceso es totalmente natural y no genera afecciones en el entorno. Entre los propiedades del compost natural destacan la mejora de las propiedades físicas del suelo, aumentar su porosidad, mejorar su actividad biológica, así como aportar macronutrientes para las plantas.