El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, a través de la Concejalía de Movilidad Ciudadana y Medio Ambiente, ha presentado el primer Área de Revalorización de Restos Vegetales, situada en El Lasso. Este centro permitirá reutilizar entre 3.000 y 4.000 toneladas de residuos vegetales, que una vez convertidos en compost serán utilizados como abono en las zonas verdes y huertos urbanos de la ciudad.
Con una superficie de 4.500 metros cuadrados, este espacio es único por sus características en Gran Canaria. Recibirá los restos de poda que se generan en la ciudad –procedentes sobre todo de Ficus (Ficus Benjamina), Fambloyán (Delonix Regia) y Falso Pimentero (Schinus Molle)–, que serán sometidos a un proceso de compostaje, convirtiéndolos en un abono de primera calidad.
Asimismo, los operarios de Parques y Jardines evitarán el desplazamiento de estos restos de poda, como hasta ahora, hasta el Complejo Medioambiental del Salto del Negro para su destrucción, lo que supondrá un ahorro en concepto de tasas de unos 45.000 euros anuales. A esto se suma el ahorro en fertilizantes y abonos que sustituirá el nuevo compost.
Además de un área de recuperación de restos naturales, el Ayuntamiento ha habilitado un aula didáctica de 36 m², con el objeto de dar una función pedagógica en materia de medio ambiente, dirigida en especial a los centros escolares de la capital. El aula tiene capidad para unos 40 alumnos, y en ella podrán aprender cómo se genera el compost y por qué es positivo su uso frente a los fertilizantes químicos.
El aula estará dotada de paneles informativos, además de urnas de metacrilato donde los visitantes podrán ver el proceso que experimentan los restos vegetales hasta convertirse en abono natural.
Proceso de compostaje
El proceso de compostaje comienza con la recepción de los restos de poda y siegas de césped, que son desplazados hasta un área de 1.100 m² donde se acumulan y preseleccionan, además de eliminar restos inservibles y posibles trozos de madera demasiados grandes; los restos pasan por una máquina trituradora, con capacidad para procesar 40 m³ de producto cada hora.
El material triturado se mezcla en una proporción 3/1 (tres de restos de poda triturada y una de siega de césped) y se acumula en pilas de material, en capas de 20-25 centímetros, hasta un máximo de entre 30 y 40 pilas que, una vez recubiertas con una malla antihierba, son sometidas a un proceso de fermentación.
El proceso completo hasta conseguir un compost maduro puede extenderse entre 5-6 meses, en los que la pila de restos materiales alcanza temperaturas de hasta 65 grados, por lo que será necesario voltear la pila y regarla de forma periódica. El proceso es totalmente natural y no genera afecciones en el entorno.
Entre los propiedades del compost natural destacan la mejora de las propiedades físicas del suelo, aumento de su porosidad, mejora de su actividad biológica, así como el aporte de macronutrientes para las plantas.