Un estudio europeo determinará el tiempo durante el cual un consumidor no usa una pila, con el objetivo final de calcular el volumen real de pilas que cada año llegan al flujo de residuos y pueden ser recicladas.
El denominado “efecto tesoro” de las pilas domésticas es un término que define el período de tiempo que un consumidor no utiliza activamente una pila desde que la adquiere, bien porque la almacena para un uso futuro o porque la desecha cuando se deshace del aparato eléctrico en el que está integrada.
Un estudio europeo pretende ahora determinar cuál es ese periodo. Para ello, el proyecto trazará el ciclo de vida de las pilas, desde su fabricación y puesta en el mercado hasta su recogida por los sistemas integrados de gestión (SIG) para su posterior tratamiento. Con ello, se obtendrá una media del tiempo en que los distintos tipos de pilas tardan en llegar a los contenedores de reciclaje y el volumen anualmente desechado.
En el estudio participa el SIG español de pilas y baterías Ecopilas, junto con otros cinco SIG europeos. Estas entidades consideran fundamental determinar esta ratio para proponer a la Comisión Europea “un objetivo más real y coherente de recogida de estos residuos”, que actualmente está fijado en el 25% de pilas las puestas en el mercado.
El estudio está promovido por la asociación Eucobat, integrada por los 17 SIG de pilas más importantes de Europa, y dará comienzo este mes de abril en España, Francia, Alemania, Bélgica, Países Bajos y Rumanía.
Concretamente, Ecopilas, perteneciente a la plataforma medioambiental Recyclia, va a tomar datos de una muestra nacional aleatoria de 15.000 pilas de todas las tecnologías (alcalinas, salinas, litio primario, litio-ion, plomo, níquel-cadmio y níquel-metalhidruro). Entre la información que se recopilará, figura país y fecha de fabricación, caducidad, marca o modelo. Esta misma información será recogida en sus respectivos países por los SIG Bebat (Bélgica), Corepile (Francia), GRS (Alemania), SNRB (Rumanía) y Stibat (Países Bajos).
Una vez finalizado el muestreo, en 2016, la Universidad de Naciones Unidas elaborará la metodología que permitirá calcular el volumen real de pilas que llega al flujo de estos residuos y, por tanto, pueden ser recogidas y recicladas por los SIG.
Según la Directiva 2013/56/UE, aún pendiente de transposición en nuestro país, en 2016 los Estados miembros de la Unión Europea tendrán que recoger el 45% de las pilas puestas en el mercado ese año, un porcentaje calculado en función del total de pilas puestas a la venta por los fabricantes en los tres años anteriores.