El éxito de los planes de la UE para mejorar la eficiencia en el uso de los recursos en el sector de la construcción podría depender de la participación de los entes locales y del apoyo a las regiones menos favorecidas.
En respuesta a las propuestas de la Comisión Europea, el Comité de las Regiones (CDR) ha hecho hincapié en que “el papel de los entes locales y regionales se ha pasado por alto de manera preocupante”, a pesar de que son responsables del desarrollo de la vivienda a nivel local y de la eficiencia de los recursos.
El dictamen que ha aprobado el CDR pide, asimismo, que la UE invierta más fondos con el fin de afrontar los retos que plantea el desarrollo de edificios sostenibles y ampliar las infraestructuras ecológicas a escala local.
El sector europeo de la construcción consume alrededor de la mitad de todos los materiales que se extraen y genera aproximadamente un tercio del total de residuos. El informe de la Comisión sobre el ciclo de vida de los edificios tiene por objeto mejorar la eficiencia de los recursos.
En su intervención en Bruselas, Csaba Borboly –autor del dictamen del CDR– acogió favorablemente las propuestas, pero expresó graves inquietudes por el hecho de que se pase por alto a los entes locales y regionales, pese a que son responsables de aplicar la legislación nacional y europea, apoyar a las empresas e informar a los inversores y al público en general.
“La mejora de la eficiencia en el uso de los recursos en el sector constituye un reto significativo a nivel mundial y Europa debe asumir el liderazgo, fomentando un uso más eficiente de los materiales y una reducción del consumo de energía y agua, así como una mejor gestión de los residuos”, afirmó Borboly. “El objetivo de la Comisión de armonizar las políticas existentes y elaborar planes para promover la eficiencia de los recursos en el sector de la construcción es acertado”, añadió.
Indicadores comunes en toda la UE
Europa debe asumir el liderazgo, fomentando un uso más eficiente de los materiales y una reducción del consumo de energía y agua, así como una mejor gestión de los residuos”.
El desarrollo de indicadores comunes a toda la UE para evaluar e impulsar la eficiencia de los recursos en el sector de la construcción es la piedra angular de las actuales propuestas de la Comisión. Además, el Comité –la asamblea europea de los representantes regionales y locales– considera que este enfoque podría dar un espaldarazo a las economías locales y contribuir de manera considerable al compromiso de la UE de crear una economía sostenible, aunque también se requiere una mayor claridad en la definición de las directrices.
La UE también debe considerar el recurso a métodos y materiales tradicionales (como la madera) junto con nuevas tecnologías, con el fin de fomentar el reciclado de los residuos de construcción y demolición, y ofrecer más incentivos a los clientes, los contratistas y los promotores en el sector de la construcción.
Csaba Borboly señaló que “los indicadores no son la única forma de ecologizar el sector de la construcción. Si bien es cierto que los edificios ecológicos sostenibles permitirán ahorrar dinero, para maximizar su rendimiento deberán apoyarse en una puesta en servicio sólida, una gestión eficaz y la colaboración entre propietarios y arrendatarios a nivel local y regional”.
El Comité reconoce el potencial económico, social y medioambiental que tendría el establecimiento de unas directrices europeas a la hora de ecologizar el sector de la construcción, gestionar mejor los recursos y crear nuevos puestos de trabajo. No obstante, habida cuenta de las grandes disparidades regionales y la creciente presión sobre la financiación de los entes locales, el Comité pide a la UE que cree un mecanismo de compensación para ayudar a las regiones menos desarrolladas a hacer frente a los retos que plantean la construcción de edificios sostenibles y la ampliación de las infraestructuras ecológicas en las regiones más afectadas por los cambios de uso del suelo.
Así, debería apoyarse a las regiones rurales y las ciudades pequeñas y medianas con inversiones adecuadas e investigación en nuevas tecnologías a través de programas de financiación de la UE como, por ejemplo, Horizonte 2020.