El grupo de trabajo Auzolan 21 trabajará para identificar las dificultades en la gestión diaria de los residuos de construcción y demolición y definirá directrices de apoyo de cara al nuevo marco normativo sobre RCD en Euskadi.
Con el objetivo de avanzar en la correcta gestión de los residuos de construcción y demolición en el ámbito local, la red vasca de municipios Udalsarea 21, junto al Departamento de Medio Ambiente y Política Territorial del Gobierno Vasco, han puesto en marcha un grupo de trabajo compuesto por trece ayuntamientos de la Comunidad Autónoma del País Vasco con planes de acción local avanzados. Las conclusiones del grupo de trabajo Auzolan 21 RCD serán trasladables al resto de ayuntamientos vascos.
El objetivo principal de Auzolan 21 es apoyar a los ayuntamientos de cara a la implantación del nuevo marco normativo de gestión de los RCD en Euskadi. Entre otros, el grupo trabajará en la identificación de dificultades en la gestión municipal diaria de estos residuos. Así mismo, definirá directrices de apoyo y de referencia para todos los municipios del País Vasco.
La duración Auzolan 21 se estima en aproximadamente seis meses. Además de las reuniones de grupo, se mantendrán las reuniones individuales con los departamentos implicados de cada ayuntamiento para conocer el estado actual de la gestión de RCD y buscar soluciones para poder adecuar su gestión al nuevo marco normativo.
En la actualidad se generan en Euskadi 900 kg de residuos de construcción y demolición por habitante y año, frente a los 530 kg de residuos sólidos urbanos
Retos pendientes
La Viceconsejería de Medio Ambiente, con la colaboración de su sociedad de Gestión ambiental, Ihobe, lleva 8 años trabajando en la problemática de los residuos de construcción y demolición, con el objetivo de transformar un problema ambiental en un factor de competitividad para el sector.
La creación del Auzolan 21 RCD se presenta como una iniciativa para continuar la labor de mejora de la gestión, la inspección y el control de RCD en Euskadi.
Los residuos generados en el sector de la construcción se han considerado tradicionalmente como un “residuo menor”. Ha existido la percepción de estar compuestos por residuos de carácter inerte como ladrillos, tejas, hormigón, madera, metal… La falta de atención sobre este tipo de residuos ha hecho que su gestión se realizara de forma poco adecuada. Como consecuencia, el vertido directo de RCD –y sin separación de componentes catalogados como residuos peligrosos– ha conllevado impacto paisajístico, contaminación química del suelo e impacto negativo sobre las aguas subterráneas, ineficiencia en el uso de recursos naturales, pérdidas de rentabilidad y falta de seguridad en las obras.
En la actualidad se generan en Euskadi 900 kg/hab./año de RCD, frente a los 530 kg/hab./año de residuos urbanos, lo que da una idea de la magnitud de este reto medioambiental y de la importancia de aplicar un correcto tratamiento a estos residuos.