El mapa Blockadia, desarrollado por el ICTA, recoge una selección de 50 casos de movimientos de resistencia a la extracción de combustibles fósiles recopilados en el Atlas de Justicia Ambiental.
Un nuevo mapa interactivo elaborado por investigadores del Instituto de Ciència i Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona (ICTA-UAB) muestra el impacto mundial de las acciones de resistencia directa que llevan a cabo las personas que se enfrentan físicamente a los proyectos de extracción de combustibles fósiles, un fenómeno denominado con el término “Blockadia”.
El mapa Blockadia recoge una selección de 50 casos de movimientos de resistencia a la extracción de combustibles fósiles recopilados en el Atlas de Justicia Ambiental (EJAtlas), un inventario mundial de conflictos ecológico-distributivos elaborado en el marco del proyecto Environmental Justice (ENVJUSTICE) financiado con una Advanced Grant del Consejo Europeo de Investigación (European Research Council- ERC en inglés) con cerca de 2 millones de euros.
Los pueblos indígenas han sido los primeros opositores en los conflictos relacionados con la extracción de combustibles fósiles
Blockadia muestra la naturaleza global de las acciones directas en la lucha por la justicia climática. Investigadores del ICTA-UAB, junto con científicos de la Universidad de Lund (Suecia) y la Universidad del Magdalena (Colombia), descubrieron que, en la mayoría de los casos, la acción de Blockadia comienza con la protección de la tierra y de los medios de subsistencia pero se convierte en algo más grande gracias a los apoyos externos al discurso de la justicia climática. Señalan que los pueblos indígenas han sido los primeros y los más enérgicos opositores en casi todos los conflictos relacionados con la extracción de combustibles fósiles.
Blockadia es un término popularizado por Naomi Klein después de que fuera utilizado por activistas contra el Oleoducto Keystone XL de Alberta Tar Sands. Describe la «zona de conflicto transnacional» donde los ciudadanos intervienen cuando los líderes fallan.
El investigador Joan Martínez Alier, responsable del proyecto ENVJUSTICE, destaca que «la lucha contra el cambio climático pasa por que un gran porcentaje de los combustibles fósiles recuperables permanezca bajo tierra. Estos son los llamados combustibles no quemables”. Martinez- Alier explica que, en esta lucha, algunos de los activistas de comunidades y organizaciones de todo el mundo han pagado con sus vidas”.
Para Daniela del Bene, investigadora del ICTA-UAB y miembro de la Red para la Soberanía Energética de Barcelona, “este análisis global muestra que además de los impactos ecológicos y climáticos, la industria de los combustibles fósiles es responsable de graves violaciones de los derechos humanos y las regulaciones ambientales”.