La metodología TRIAD, que analiza parámetros químicos, toxicológicos y biológicos, se ha aplicado a un terreno cercano a un vertedero no sellado en el País Vasco.
El consorcio vasco de I+D Berrilur ha aplicado con éxito la metodología TRIAD para la evaluación de los riesgos de suelos contaminados en Euskadi. Berrilur está formado por el Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario, NEIKER-Tecnalia; los centros de investigación Tecnalia Research & Innovation y Gaiker, y varios departamentos de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU).
La metodología TRIAD se ha probado en un terreno ubicado en los alrededores de un vertedero no sellado de aproximadamente dos hectáreas. El resultado indica que el riesgo de este suelo es aceptable para llevar cabo un uso natural del mismo, lo que implica que no supone un riesgo en relación con el suministro de los servicios ecosistémicos asociados a un suelo natural.
Siguiendo la metodología TRIAD, los técnicos han medido un conjunto de parámetros pertenecientes a tres líneas de evidencia: química, toxicológica y ecológica. Como parámetros químicos, entre otros, se han calculado las concentraciones totales y biodisponibles de contaminantes; los toxicológicos se han determinado a través de bioensayos; y, finalmente, los ecológicos se han medido a partir de los efectos sobre la vegetación, la fauna o las comunidades microbianas del suelo.
El trabajo llevado a cabo para evaluar los riesgos de la contaminación del suelo ha sido publicado recientemente en la revista especializada Science of the Total Environment (Gutiérrez y cols., 2015; 514: 49-59). La metodología TRIAD es interesante para su uso en terrenos contaminados, ya que se trata de un método muy completo y riguroso.
Evaluar la salud del suelo
Las distintas entidades que componen Berrilur trabajan conjuntamente, desde hace más de diez años, en distintos aspectos de la evaluación de la salud del suelo; en particular, en la caracterización, diagnóstico y remediación de suelos contaminados mediante compuestos orgánicos e inorgánicos.
Para gestionar suelos contaminados, la legislación obliga a realizar una evaluación del riesgo y establece los criterios por los que un suelo puede ser declarado como contaminado. Se considera que un terreno está contaminado atendiendo al riesgo que pueda suponer para la salud de las personas o, en su caso, el medio ambiente.
La contaminación química de los suelos, originada como consecuencia de actividades humanas, supone un grave problema medioambiental que afecta al normal funcionamiento de los ecosistemas. Esto se debe a que el suelo suministra un conjunto de servicios ecosistémicos de gran trascendencia, como el reciclaje de los nutrientes, la descomposición de la materia orgánica y la provisión de comida y combustible.