México: Mérida pone en marcha una moderna planta de reciclaje y biometanización

La instalación, con capacidad para tratar 30.000 toneladas de desechos al mes, es la primera de su tipo en México y sitúa a la ciudad en la vanguardia en materia de gestión de residuos en Latinoamérica.

La ciudad mexicana de Mérida, en el Estado de Yucatán, acaba de poner en marcha una moderna planta de reciclaje y valorización de residuos sólidos urbanos (RSU). Según manifestó el alcalde de la localidad, Renán Barrera Concha, durante la inauguración, esta nueva instalación “además de rescatar los productos que pueden ser reaprovechados, ayudará a la protección del medio ambiente, aportará energía eléctrica merced al proceso de descomposición de los desechos orgánicos y alargará la vida del relleno sanitario”.

“Hoy, Mérida consolida su liderazgo y lo eleva a escala internacional con la puesta en operación de esta planta, única en su tipo en Latinoamérica y con la cual estaremos marcando la pauta en materia de procesamiento de residuos” explicó el alcalde. “Esta planta, con capacidad para procesar 30.000 toneladas mensuales, vendrá a completar el ciclo de disposición de residuos sólidos, desde la recolección hasta la generación de energía, con un sistema moderno y amable con el medio ambiente”, añadió.

Roger Echeverría Calero, director de Servicios Públicos Municipales, explicó que la nueva planta cuenta con 6.000 metros cuadrados, un biodigestor para 9.800 metros cúbicos y 1.300 metros de bandas de hule para transportar los desechos.

La instalación tiene capacidad para procesar más de 30.000 toneladas mensuales de residuos que antes tenían como destino final el vertedero. De los residuos, el 40% es basura orgánica, el 50% inorgánica y el resto de otros productos.

Diego García Coudurier, miembro del Consejo de Tratamiento de Reciclados del Sureste, indicó que el biodigestor es el primero de su tipo en México y permitirá obtener energía limpia y renovable, a la vez que el vertedero sólo recibirá los productos que no puedan ser aprovechados.

La nueva planta permitirá evitar la emisión de 75.000 toneladas de gases de efecto invernadero al año, así como los lixiviados que genera la basura orgánica.

Además, el Ayuntamiento se ahorrará un 15% del pago que hacía al vertedero por el depósito de los residuos, y ese ahorro se destinará a programas de educación ambiental y concienciación ecológica. Por otra parte, el abono que saldrá del biodigestor será utilizado para fertilizar parques y jardines.