Un experto del Cinvestav destaca la importancia de recuperar todos los componentes reciclables de los viejos televisores, y gestionar adecuadamente aquellos residuos más contaminantes, como los tubos de rayos catódicos.
De los casi 40 millones de televisores analógicos que dejarán de utilizarse en México (según cálculos de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes), el tubo de rayos catódicos –o ‘cinescopio’– resulta uno de los contaminantes más peligrosos para el medio ambiente.
“La base del ‘cinescopio’ son el sílice y cuarzo, que es un vidrio que forma parte de la corteza terrestre, o sea que no podría contaminar tanto, pero las pinturas con recubrimientos de estroncio contribuirían a una considerable contaminación”, explica Alfredo Flores Valdés, especialista del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) Unidad Saltillo.
El especialista sugiere que en estos casos debe triturarse completamente el tubo y confinar las partículas en un terreno apropiado y cubrirlas con capas de arena para después taparlos en su totalidad.
Y advierte que de no manejarse estos residuos de una manera adecuada, podrían convertirse en una grave complicación ambiental. A juicio de Flores Valdés, que tiene 25 años de experiencia en el del manejo y reciclado de componentes metálicos de equipos eléctricos, es conveniente tener un programa paralelo a las acciones de distribución de equipos digitales, para saber qué hacer con la basura tecnológica.
El experto especifica que los basureros a los que lleguen los televisores deben tener la capacidad de reciclar los diversos materiales. Pero existen otros que requieren disponerse en rellenos sanitarios para evitar problemas ecológicos.
Componentes reciclables
En cuanto a los otros componentes de los televisores, asegura que muchos de ellos pueden reciclarse con facilidad, e incluso generar negocio, ya que esos aparatos emplean una cantidad considerable de metales para sus procesos de generación de corriente eléctrica.
Un ejemplo de ello es el cobre, que tiene un valor importante en el mercado del reciclado, y que se emplea en abundancia en los aparatos electrónicos, por lo que resulta conveniente obtener este metal de los televisores viejos.
“También existen otros metales, como plata y aluminio, que se encuentran en los circuitos de los aparatos y podrían recuperarse con técnicas pirometalúrgicas dentro de los mismos basureros. En el caso de las carcasas de plástico, es posible darle nuevo uso con otros procesos de reciclado, de modo que existen distintas alternativas para hacer frente al problema de contaminación que conlleva el apagón analógico”, explica Flores Valdés.
El experto del Cinvestav apunta que actualmente trabaja en líneas de investigación que pueden emplear los metales recuperados de los televisores analógicos, como es el caso de aleaciones cobre-aluminio, de alto consumo en la industria automotriz.
Sin embargo, subraya que lo más importante es que los basureros municipales a los que lleguen los miles de televisores en desuso tengan la capacidad de reciclar todos los componentes que sean posibles, de lo contrario el “apagón analógico” sí representaría un problema de contaminación para el país.
Fuente:
Investigación y Desarrollo