Sus impulsores destacan que el combustible obtenido cumple con los más altos estándares de calidad, superando incluso las estrictas normas europeas.
La ciudad mexicana de Mérida contará una planta de valorización de residuos sólidos urbanos con capacidad para producir 3,5 millones de litros de diésel sintético anuales. Los directivos de la empresa Waste to Diesel, responsable de ese proyecto, aseguran que mediante una planta modelo se aprovecharán hasta 800 toneladas diarias de residuos.
Oliver Hoffman, director de la firma –finalista en el torneo de empresas verdes Cleantech Challenge México 2013–, especificó que la eficiencia productiva de esa planta modelo es de una tonelada de combustible por cada dos toneladas de residuos procesados. Agregó que el diésel derivado tiene un rendimiento superior al diésel convencional, y permite alargar en un 30% la vida útil de los motores, pues no contiene azufre ni sulfatos como el hidrocarburo tradicional, por lo que la combustión es más limpia y eficiente.
Hoffman detalló que el combustible que producirá la nueva planta será apto para cualquier vehículo de motor, y no será necesario que estos sean modificados en sus componentes para su funcionamiento. Este diésel sintético «supera las normas de calidad europeas, que son las más estrictas del planeta, y cumple con los más altos estándares de calidad”, concretó.
El empresario destacó que las propiedades del nuevo combustible son muy similares a un tipo de petróleo muy liviano, pero con la diferencia de que no contiene los minerales del hidrocarburo no renovable. Para su extracción se utiliza una técnica denominada “rompimiento molecular”, que simula los procesos naturales de producción de petróleo, pero de manera acelerada.
“Una vez seleccionados los residuos sólidos, se introducen en un tanque donde se mezclan con una especie de aceite. Posteriormente esa biomasa pasa a una zona de turbinas que giran a más de 1.200 revoluciones por minuto; ahí se encuentra un catalizador que rompe las cadenas moleculares de la basura, para ese entonces la biomasa ya se encuentra a unos 280 ºC; ese residuo es transportado a un proceso de destilación donde finalmente se obtiene el biocombustible”, explicó Hoffman.
El empresario aseguró que este combustible puede ser originado por todo tipo de residuos, con la excepción de metales y minerales. “Generalmente, en los grandes depósitos de basura se separa el material reciclable como cartón, plástico o metales, pero un gran porcentaje de materia ya no es de utilidad, esos residuos son los que aprovecha nuestra empresa”. Puntualizó Hoffman.
El titular de este proyecto aseguró que la planta modelo de Mérida se encuentra en una fase de cerca de 70% de su consolidación, y refirió que no se descarta extender este tipo de negocio por otras partes del país.
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