Un estudio asegura que impulsando la innovación, el reciclaje y la eficiencia, se podría evitar por completo la extracción de la naturaleza de minerales para baterías en el año 2050.
La organización estadounidense Rocky Mountain Institute (RMI), dedicada a la investigación y asesoramiento y formación en el ámbito de la transición energética, ha publicado el informe ‘The Battery Mineral Loop’, en el que expone una estrategia global para hacer frente a la creciente demanda de minerales para baterías. Los minerales para baterías no son el nuevo petróleo, afirma el estudio, y aunque la demanda de baterías aumente, las combinación de eficiencia, innovación y circularidad harán que la demanda de minerales extraídos alcance su punto máximo en una década, y puede que incluso se evite por completo la extracción de minerales en 2050. Estos avances permitirían pasar de una extracción lineal a un bucle circular, con los consiguientes beneficios para el clima, la seguridad, la equidad, la salud y la riqueza.
El cambio ya está en marcha, asegura el informe. Sin las mejoras introducidas en la última década en la mezcla química, la densidad energética y el reciclaje, la demanda de litio, níquel y cobalto sería entre un 60 y un 140% superior a la actual. Si se mantiene la tendencia actual, el pico de demanda de minerales vírgenes para baterías se alcanzará a mediados de la década de 2030.
Acelerando esta tendencia con seis soluciones clave -desplegar nuevos productos químicos para las baterías, hacerlas más densas energéticamente, reciclar su contenido mineral, ampliar su vida útil, mejorar la eficiencia de los vehículos y mejorar la eficiencia de la movilidad- es posible alcanzar una demanda neta cero de minerales en la década de 2040.
En ese momento, las baterías al final de su vida útil se convertirán en el nuevo mineral, limitando por completo la necesidad de minería convencional. Y es posible conseguirlo; las reservas conocidas de litio, cobalto y níquel duplican el nivel de demanda virgen total que podríamos necesitar, y los proyectos mineros anunciados ya son suficientes para satisfacer casi toda esta demanda.
Un progreso acelerado supone que «sólo» haría falta extraer un total acumulado de 125 millones de toneladas de minerales para baterías. Esta cantidad por sí sola puede llevarnos a la autosuficiencia circular de baterías. Es 17 veces menor que la cantidad de petróleo que extraemos y procesamos cada año para el transporte por carretera. Y, a los precios actuales de las materias primas, también es unas 20 veces más barato.
Esto significa que los países pueden pasar de forma rápida y rentable de la dependencia del petróleo a la independencia energética circular. Hasta ahora, China lidera la carrera de la circularidad de las baterías, con una independencia mineral prevista para 2042, pero Occidente y el Sur Global están preparados para remontar. Para acelerar la acción, todas las partes interesadas, desde los gobiernos hasta las empresas, tendrán que movilizarse para aprovechar la oportunidad circular, concluye el informe.