Los residuos domésticos suponen el 54% de las casi 60 millones de toneladas de alimentos desechados en la Unión Europea. El resto se pierde en distintas fases de la cadena de suministro.
En 2022 se desperdiciaron en la Unión Europea (UE) 59,2 millones de toneladas de residuos alimentarios, que incluyen partes comestibles y no comestibles. Esto supone unos 132 kilogramos (kg) de alimentos por habitante.
Son datos que acaba de publicar Eurostat con motivo de la celebración ayer, 29 de septiembre, del Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos.
Los residuos domésticos representaron el 54% de todo el desperdicio alimentario, lo que equivale a 72 kg por habitante. El 46% restante fueron residuos generados hacia arriba en la cadena de suministro alimentario: el 19% por la fabricación de productos alimentarios y bebidas (25 kg por habitante), el 11% por los restaurantes y servicios alimentarios (15 kg por habitante), el 8% en la venta al por menor y otros tipos de distribución de alimentos (11 kg por habitante) y el 8% en la producción primaria (10 kg por habitante).
Estos datos derivan de la obligación de informar sobre el desperdicio de alimentos establecida en la Directiva Marco de Residuos (2008/98/CE) por sectores de actividad según la nomenclatura estadística de actividades económicas en la Comunidad Europea (NACE rev. 2) y por hogares.