La campaña «Navarra, por los retornables» compensará con 10 céntimos por envase a quienes devuelvan sus latas, botellas y bricks.
Varias organizaciones ambientalistas han lanzado la campaña ‘Navarra, por los retornables’, que recorrerá durante las próximas semanas pueblos y ciudades de la Comunidad Foral, y que fue presentada ayer en la Plaza del Baluarte de Pamplona.
La acción -impulsada por Greenpeace, Ekologistak Martxan, Traperos de Emaús, la Compañía de las 3 erres, Acción Clima, Recircula y Retorna- consistirá en recompensar con 10 céntimos de euro por envase a todas las personas que se acerquen a la máquina de retorno móvil para devolver sus latas, botellas y bricks.
En el acto de presentación, una anciana, simbolizando la práctica de devolver el casco que se llevó a cabo en Navarra hasta los años 80, y un niño, sinónimo de las nuevas generaciones que deberán cuidar el medio ambiente, han realizado la devolución de los primeros envases de la campaña.
“En el marco de la Ley foral de Residuos, que ha de ser aprobada por el Parlamento en las próximas semanas, las entidades ecologistas y del sector de la economía circular queremos mostrar que tenemos la oportunidad de ser referentes impulsando buenas prácticas como el regreso de los envases retornables”, afirmó Andoni Romeo, de Ekologistas Marxan.
Ana Malón, de Greenpeace, valoró que esta práctica pone en valor la jerarquía de los residuos, “especialmente las opciones más sostenibles como la prevención y la reutilización. Además, es un sistema magnífico para evitar la acumulación de residuos en grandes eventos”.
Por su parte, Eusebio Martínez de la Casa, fundador de Recircula, recordó que, en Navarra, cada día 300.000 envases de bebidas se pierden y acaban desperdiciándose como recursos. “La Ley Foral de Residuos viene a corregir esta situación, posicionando a la sociedad navarra en las antípodas de los modelos de consumo de usar y tirar y situándola como referente en materia de economía circular, algo que se viene promoviendo con fuerza desde la Unión Europea”, explicó.
El Sistema de Depósito funciona en 40 regiones del mundo (Alemania, Escandinavia, California o Australia, entre otros) donde recuperan hasta el 99% de los envases de bebidas, evitando así que se pierdan en el entorno terrestre y marino. “Más del 80% de la ciudadanía en todo el mundo ve con buenos ojos la práctica de devolver los envases a la tienda. Y en Navarra va a pasar lo mismo. Se trata de una región que ha sido y es un referente y que, con este tipo de medidas que quiere impulsar, se asegura seguir siéndolo”, concluyó Miquel Roset, director de Retorna.
En los últimos meses, desde Europa se esta apostando por este sistema para evitar que la mayoría de envases acaben en vertederos o perdidos por calles, playas y campos. El último en hacerlo han sido el Reino Unido, cuyo gobierno estudia su implantación en todo el país.
Cualquier iniciativa que tienda a mejorar la gestión de los residuos de envases en el ámbito urbano debe ser bienvenida y esta no tiene que ser diferente. Solo quisiera hacer una precisión referente al eslogan de «Navarra por los retornables» que es equívoco y no ajustado a la realidad. Los materiales de envasado que se mencionan (latas, botellas y bricks) son todos reciclables pero no retornables en sentido estricto. En la profesión es envase retornable el que puede ser reutilizado para su mismo fin que cuando fue fabricado y esto solo es posible, hoy por hoy, con los envases de vidrio y algún tipo de plástico. El «retorno» significa que se devuelve el residuo del envase pero no que vaya a ser reutilizado aunque si reciclado. El concepto no es por tanto equiparable a la imagen de una persona mayor devolviendo un envase de vidrio vacío, como antaño, en la tienda.
Retornar el residuo de envases ya se hace en España desde 1997 y en el caso de los envases de vidrio desde 1982.
Retornar, reutilizar y reciclar son acciones que se realizan para mejorar el medio ambiente y en todos los casos ha de considerarse el coste para la sociedad tanto en los costes directos de gestión y tratamiento como en los costes derivados de la falta de la inacción de los gobernantes y los ciudadanos. Pero no olvidemos que los costes repercuten sobre los individuos, los ciudadanos, y deben ser adecuadamente calculados y controlados.