El gobierno saliente de Noruega da por terminado los anunciados planes para capturar dióxido de carbono y almacenarlo bajo tierra debido a los crecientes costos y retrasos. Aunque también ha anunciado que siguen comprometidos con la investigación sobre la captura de carbono.
«Tanto a nivel nacional como internacional, el desarrollo de tecnologías de captura y almacenamiento de CO2 ha tomado más tiempo, ha sido más difícil y más costoso de lo esperado», dijo a los periodistas el ministro de Petróleo y Energía Ola Borten Moe.
El proceso fue patentado en los años 1930, y se reconoce que es una de las tecnologías más importantes disponibles para hacer frente a las emisiones de gases de efecto invernadero.
El primer ministro Jens Stoltenberg y sus aliados perdieron las elecciones generales celebradas este mes frente a los conservadores y centristas, y deben abandonar el gobierno en breve.
Mongstad ya se había topado con dificultades.