SIGRE Medicamento y Medio Ambiente, en colaboración con las autoridades medioambientales, ha puesto en marcha una nueva campaña de concienciación social bajo el lema “Mano a mano, por un mundo mejor”.
La nueva campaña pone en valor, una vez más, la participación de los laboratorios farmacéuticos, las empresas de distribución y las farmacias en la actividad de SIGRE y cómo cada uno de ellos contribuye a los objetivos medioambientales y socio-sanitarios que persigue esta entidad sin ánimo de lucro.
Asimismo, la campaña destaca la unión y el apoyo del sector farmacéutico a este proyecto y el compromiso y la responsabilidad de trabajar, todos juntos y mano a mano, en la construcción de una sociedad más sostenible y por un mundo mejor.
En los distintos materiales que componen la campaña “Mano a mano, por un mundo mejor”, se resaltan las medidas de ecodiseño que aplica la industria farmacéutica para que los envases de medicamentos sean cada día más ecológicos; el asesoramiento en materia medioambiental que el farmacéutico proporciona al ciudadano, indicándole lo que debe depositar en el Punto SIGRE de la farmacia y animándole a revisar su botiquín doméstico; y la logística inversa que aporta la distribución para la recogida de los envases, vacíos o con residuos de medicamentos, que el ciudadano deposita en el Punto SIGRE.
Actividad de SIGRE, consolidada entre los ciudadanos
El ciudadano es el auténtico protagonista de la actividad de SIGRE. Para evaluar y conocer su actitud, grado de motivación y el nivel de conocimiento que tiene sobre el reciclado de los envases, vacíos o con residuos de medicamentos, de origen doméstico, la entidad lleva a cabo periódicamente estudios de opinión.
En el último estudio, se destaca que el 74% de los hogares que colaboran en la recogida selectiva de estos residuos utiliza el Punto SIGRE entre 1 y 3 veces al año; un 22% lo utiliza entre 3 y 7 veces al año y el 4% restante lo hace más de 7 veces.
¿Qué es lo que el ciudadano lleva al Punto SIGRE? Principalmente, los medicamentos caducados que se han retirado del botiquín doméstico cuando se hace su revisión. En segundo lugar, los restos de medicación de tratamientos ya finalizados o de aquellos que ya no se necesitan. En tercer lugar, los envases de medicamentos vacíos (cajas, frascos, blísters, inhaladores, tubos, etc.).
Los resultados del estudio constatan que el 44% de los ciudadanos, cuando vuelve a utilizar un medicamento guardado previamente en su botiquín doméstico, no lee el prospecto para comprobar, por ejemplo, la dosis correcta que debe tomar; y el 7% no comprueba la fecha de caducidad.
Campañas de concienciación como la puesta en marcha por SIGRE que hacen hincapié en la importancia de hacer un uso responsable del medicamento a lo largo de su ciclo de vida cobran especial relevancia para mejorar los hábitos socio-sanitarios y medioambientales de la población.