La nueva planta de tratamiento mecánico-biológico permite procesar 50.000 toneladas anuales de fracción resto y recuperar hasta el 70% de los materiales para su reciclaje.
El Área de Gestión de Residuos de Milà, en Menorca, cuenta ya con la nueva planta de tratamiento mecánico-biológico para la gestión y la valorización de residuos, que fue inaugurada el pasado miércoles después de finalizar las obras de mejora llevadas a cabo por la UTE Es Milà, concesionaria formada por PreZero España y Adalmo, y por diversas empresas locales.
La finalización del proyecto de mejora de la planta, que ha supuesto la inversión de más de 20 millones de euros, permitirá optimizar el tratamiento específico de la materia orgánica y perfeccionar la separación de los distintos materiales presentes en las cinco fracciones de residuos para su reciclaje posterior, de forma que se minimicen las cantidades de desecho que se destinen al vertedero.
Además de la nueva planta de tratamiento mecánico-biológico, que gestiona las fracciones resto, papel y cartón, vidrio, envases ligeros y materia orgánica, el Área de Gestión de Residuos de Milà cuenta con un horno incinerador para la eliminación controlada de residuos, una planta de tratamiento de lixiviados, las celdas de depósito controlado de residuos y un aula ambiental para formación y divulgación.
Las obras de construcción de la nueva planta, iniciadas en enero de 2019, han supuesto la demolición casi total de las existentes para implantar la línea mixta de tratamiento independiente de la fracción de envases ligeros y de la fracción resto.
Procesamiento en la planta de tratamiento mecánico-biológico
Concretamente, la planta de tratamiento mecánico-biológico permite el procesamiento de 50.000 toneladas anuales de fracción resto (35 toneladas por hora), de las que se consigue recuperar más del 70% del material para su reciclaje o valorización. En cuanto a la fracción de envases ligeros, la planta procesa más de 4.000 toneladas anuales, logrando recuperar el 90% de este residuo para su posterior reciclaje.
El diseño de la instalación prevé, por tanto, unos rendimientos que reduzcan al 30% el rechazo destinado al vertedero en el caso de la fracción resto (residuos mezclados), y al 10% en el caso de tratar envases ligeros.
A pesar de los datos previstos, durante el primer año de funcionamiento (2021) se ha logrado mejorar el rendimiento respecto a los parámetros de diseño, de forma que sólo ha ido al vertedero aproximadamente un 26% del residuo que ha entrado en planta, en vez del 30% inicialmente calculado.
Estas instalaciones están formadas por la zona de recepción y alimentación, una zona de separación según tamaño, densidad, color y composición; el área de estabilización y afinado de la materia orgánica y la de prensado para la generación de balas de las diferentes tipologías de residuos recuperados para enviar a valorización.
El resultado final es la valorización y/o preparación para el reciclaje de los siguientes tipos de residuos: bioestabilizado, compost, plástico natural, plástico color, PET, film, plástico mezcla, envases metálicos, aluminio, tetrabriks, vidrio, papel y cartón.
Además, otro de los rasgos distintivos de la nueva planta es que se contempla la posible recuperación de parte de los residuos como combustible sólido recuperado (CSR), que incidiría en la reducción del porcentaje de desecho destinado al vertedero.