Investigadores de las universidades de Utrecht y Messina apuestan por integrar la legislación europea sobre productos y residuos para apoyar la recuperación de materias primas críticas.
La disponibilidad de muchos materiales escasos que son esenciales para la transición hacia la sostenibilidad en la Unión Europea (UE) se ve comprometida por la creciente presión geopolítica y el declive de las materias primas. A pesar de ello, la política actual de la UE hace que se pierdan demasiados de estos materiales cuando se desechan los productos electrónicos. En un nuevo informe, investigadores de la Universidad de Utrecht, en Países Bajos, y la Universidad de Messina, en Italia, proponen un nuevo enfoque de la gestión de los residuos que los elimine y recupere los materiales más amenazados.
La UE ha señalado una serie de materias primas «críticas» esenciales para alcanzar la sostenibilidad en los sectores energético, digital y de la movilidad de la UE, pero cada vez preocupa más su disponibilidad. «El 80% de los elementos de las tierras raras proceden de China, y el paladio, vital para la fabricación de semiconductores, viene principalmente de Rusia», afirma Kieran Campbell-Johnston, investigador del Instituto Copérnico de Desarrollo Sostenible de la Universidad de Utrecht y coautor del informe.
Estos riesgos geopolíticos de la cadena de suministro son sólo una cara de la moneda. También preocupa el declive geológico a largo plazo de algunos materiales. El antimonio, por ejemplo, utilizado en la industria electrónica para fabricar dispositivos semiconductores como detectores de infrarrojos y diodos, se agotará en los próximos 150 años. Salvaguardar los materiales para las generaciones futuras es un aspecto clave para el desarrollo sostenible.
Se pierden materias primas críticas
La actual política de la UE en materia de productos electrónicos pretende estimular a los productores para que fabriquen productos más sostenibles y los recuperen y eliminen correctamente al final de su vida útil. Sin embargo, estas mismas políticas no integran adecuadamente estas materias primas críticas en la fase de diseño del producto ni en las prácticas de reciclaje. Esto hace que muchas se pierdan en la fase de desecho.
Y la basura electrónica es un problema creciente. En 2016, cada ciudadano de la UE desechó aproximadamente 17 kg de residuos electrónicos. Menos del 50% de esta cantidad se recogió y recicló.
Un nuevo enfoque de la gestión de residuos
Los investigadores trazaron un mapa de las cantidades y pérdidas de materias primas críticas dentro del procesamiento de residuos electrónicos en Italia, destacando los problemas involuntarios causados por las políticas de la UE. «Nuestra investigación esboza los actuales defectos de organización y propone cambios concretos», dice Ida Mae de Waal, de la Facultad de Derecho de la Universidad de Utrecht y coautora del informe. ¿Qué se puede hacer?
Las principales recomendaciones de la investigación pasan por integrar la legislación de la UE sobre productos y residuos para apoyar el seguimiento y la recuperación de materiales críticos.
Igualmente, es necesario aumentar la exigencia de que los productores faciliten información sobre composición de sus productos para que los responsables políticos fomenten los objetivos de diseño de productos y recuperación de residuos a corto y largo plazo.
Por último, el estudio reclama mayor financiación para la recuperación de materiales críticos.
«Nuestra investigación muestra que hay agujeros en la actual estrategia de economía circular de la UE: las políticas de reciclaje no promueven la recuperación de los materiales más críticos. Es necesario un nuevo enfoque de la gestión de residuos para diseñar los residuos y recuperar los materiales de mayor riesgo. Para lograrlo, es necesario cambiar tanto la legislación sobre productos como la de residuos en la UE», concluyen los autores.